Durante una ceremonia
concretada el domingo 24 de julio, el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, puso
en funciones al Pbro. Héctor Salas como nuevo párroco de San Nicolás de Bari,
con sede en el barrio La Viñita, sector sur de la ciudad capital. En la
oportunidad también se despidió al anterior párroco, Pbro. Juan Ramón Cabrera,
quien desde el pasado viernes está a cargo de la vecina parroquia de San José
Obrero, en el barrio La Tablada.
El templo parroquial fue
colmado por fieles de las comunidades que integran la jurisdicción parroquial,
quienes participaron de la Santa Misa presidida por el Pastor Diocesano y
concelebrada por sacerdotes del clero catamarqueño.
El Pbro. Carlos Robledo,
párroco de Fiambalá, leyó el decreto de designación del nuevo párroco, tras lo
cual el Obispo bendijo el agua con que el Padre Salas roció a los presentes en
la celebración.
En la Liturgia de la Palabra,
el Obispo puso en las manos del nuevo párroco las Sagradas Escrituras, tras lo
cual se leyeron las lecturas y se proclamó el Santo Evangelio.
Al momento de su homilía, tras
agradecer al párroco saliente y al entrante su servicio pastoral, Mons. Urbanc
pidió a los miembros de la comunidad que “recen por las vocaciones sacerdotales
para poder cubrir tantas necesidades espirituales en la diócesis. Ustedes tienen
que cooperar promoviendo las vocaciones sacerdotales”, dijo.
Luego afirmó que “el
sacerdote, en medio de la comunidad, es padre, pastor, maestro, hermano. Esta
es la tarea que le compete al Padre Héctor con ustedes”. Y agregó: “Ustedes
reciben hoy a un sacerdote, con su manera de ser, su personalidad, pero sepan
que cuando el sacerdote se pone delante del altar
obliga a Jesucristo a venir a
la tierra”. “No hay ningún poderoso en este mundo que se equipare al poder que
tiene el sacerdote y, lamentablemente, no lo sabemos ver”. Por ello exhortó a
“mirar más allá, con ojos de fe, como la Virgen María, que vio con ojos de fe
todo lo que el Señor le puso en el camino, por eso la tenemos como Madre, que
nos guía y nos acompaña”.
En otro tramo de su
predicación aseveró que los sacerdotes que pasaron por esta comunidad, como el
que hoy llega a sumarse a la tarea pastoral, “han venido para mostrarles el
camino para ir al Cielo, y para eso necesitamos la luz del Espíritu Santo que
nos ayude a discernir todos los días qué cosas debemos tomar en este mundo para
llegar a la comunión plena con Dios para la que hemos sido creados, para la que
el Padre envió a su Hijo al mundo muriendo en la cruz, y que nosotros
participamos de esa acción redentora por el bautismo”.
A continuación, el nuevo
párroco hizo su profesión de fe, juró fidelidad y renovó sus
promesas
sacerdotales, y seguidamente recibió los óleos que utilizará para la administración
de los sacramentos.
Luego de la Comunión, el
Obispo entregó al Padre Salas las llaves del Sagrario donde se reserva el
Santísimo Sacramento en la capilla lateral del templo.
Palabras
de despedida y de bienvenida
Durante la celebración, se
escucharon las palabras de la señora Ana Alvarez, catequista de la capilla de
Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás, del barrio Juan Domingo Perón, quien
pidió la bendición de Dios para el Padre Juan Ramón Cabrera, que “fue una luz,
un guía, un motor de arranque, el incentivo en nuestra comunidad, poniendo las
ganas de trabajar, de servir, de vivir para Dios y para nuestro prójimo”. Y
ofreció en nombre de la comunidad “nuestra ayuda y la más cálida bienvenida al
Padre Héctor, quien seguro viene lleno de ilusiones y de proyectos”.
Por su parte, el señor Miguel Varela, del grupo de
matrimonios de San Nicolás de Bari, expresó que “las despedidas son
consideradas como algo triste, porque las miramos desde el punto de vista de lo
que hemos perdido en lugar de hacerlo pensando en lo que hemos ganado: un
amigo, un amigo que se va, pero que se queda en nosotros”. “Y los que nos quedamos, Padre Juan, también
se nos va con usted un trozo de nuestro corazón. Pero nos tiene que quedar
también corazón para abrirlo a quien viene a sustituirlo, para ofrecer toda
nuestra ayuda a quien, seguro que, lleno de ilusiones y de proyectos, viene a
relevarle, en nombre de nuestro Señor Jesucristo”.
De
los sacerdotes
A su tiempo, el párroco
saliente Juan Ramón Cabrera se dirigió a la comunidad para pedirles que
“continúen con la tarea, algo que es hermoso porque todos colaboran, las
familias, los catequistas. Sigan haciendo de esta parroquia la casa de todos.
Muchísimas gracias y sigan rezando”.
Finalmente, el flamante
párroco Héctor Salas dio “gracias a Dios a través de mi Obispo, a los
sacerdotes que han venido y a mi familia, a los amigos y vecinos”, y acotó “Vengo
con muchas ganas de acompañarlos, quiero seguir creciendo espiritualmente y,
sobre todo, deseo que trabajemos juntos”. Asimismo, agradeció al Padre Juan por
haber dejado “una parroquia en marcha”.
Como corolario de este
acontecimiento, la comunidad compartió un brindis fraterno.