En la noche del viernes 10
de marzo, la parroquia de San José Obrero recibió con alegría a su nuevo
párroco, el Pbro. Carlos Figueroa Arteaga, quien fue puesto en funciones por Mons.
Luis Urbanc, durante la Santa Misa en la que también el Pastor Diocesano dio
gracias a Dios por sus 10 años de consagración episcopal. La ceremonia
litúrgica fue concelebrada por numerosos sacerdotes de Capital y del interior
catamarqueño, especialmente del Decanato Este, donde el Padre Carlos trabajó
pastoralmente antes de ser asignado en la parroquia de La Tablada.
En el templo se reunió una gran
cantidad de fieles para despedir al Pbro. Juan Ramón
Cabrera y dar la
bienvenida al P. Figueroa. A lo largo de la celebración, el sacerdote recibió
con devoción los elementos litúrgicos de manos del Obispo como signos de su
aceptación y pertenencia a la nueva comunidad. También realizó su profesión de
fe, hizo el juramento de fidelidad y renovó sus promesas sacerdotales ante el
Pastor Diocesano.
Durante su homilía, Mons.
Urbanc expresó su alegría por “dos acontecimientos: vengo a poner para ustedes
un nuevo párroco, el Padre Carlos Figueroa, y hoy doy gracias a Dios por mi
décimo aniversario de ordenación episcopal”, dijo. A continuación, agradeció
“al Padre Juan Ramón Cabrera, quien ya asumió como párroco de San Isidro
Labrador, y tiene un gran colegio que también deberá atender, le agradezco su
disponibilidad de siempre”. También agradeció
“a la comunidad la paciencia que tienen conmigo, porque han tenido muchos
párrocos en poco tiempo, pero todos han dejado su aporte, su tiempo y sus dones”.
Al nuevo párroco le señaló:
“Padre Carlos, tiene una parroquia con muchos adultos, y también hay un hermoso
grupo de jóvenes de Acción Católica”, destacando que “la perla de la parroquia
es la congragación de las Hermanas Franciscanas”.
A la comunidad le expresó:
“A ustedes, les agradezco que saben acompañar a un
sacerdote, es una comunidad
que ha madurado con el tiempo. Los catequistas, aprovéchenlo al Padre Carlos
que le encanta la formación, busquen esos momentos de encuentro de formación y
disfruten de las celebraciones litúrgicas”.
Antes de la bendición final,
el flamante párroco dirigió unas palabras a los presentes, diciendo: “Gracias,
hermanos, por esta hermosa celebración y gracias padre Obispo por confiar en mí.
Le doy gracias a Dios, a San José y a la Virgen, y a mis hermanos sacerdotes que
me acompañan en este momento. Les pido que juntos hagamos este camino que nos
hace santos. Y agradezco a los que vinieron desde Icaño, y nos acompañamos
mutuamente en la vida de la fe durante muchos años”.