En la fría mañana del
domingo 16 de julio, se llevaron a cabo los actos litúrgicos en honor a Nuestra
Señora del Carmen, que fueron presididos por el Obispo Diocesano, Mons. Luis
Urbanc, en la Catedral Basílica y Santuario de Nuestra Señora del Valle. Hasta
allí llegaron en peregrinación con la Imagen de la Santa Patrona, miembros de
la comunidad del Colegio del Carmen y San José: religiosas, alumnos,
abanderados y escoltas, directivos, docentes y papás, quienes se unieron a los
fieles que colmaron el templo para participar de la Sagrada Eucaristía.
La celebración dio inicio
con el ingreso de la imagen de Nuestra Señora del Carmen, precedida por un
grupo de niños con cirios encendidos, momento que fue acompañado por la voz del
tenor catamarqueño Nicolás Romero, quien
se sumó a esta fiesta en calidad de ex alumno de la institución educativa
carmelita.
Luego de que la Imagen fue
colocada en el sitial de honor dispuesto en el Presbiterio,
durante la Liturgia
de la Palabra, el Libro Sagrado fue pasando de mano en mano entre las personas ubicadas
en los asientos de la nave central hasta llegar al Obispo, quien la depositó en
el ambón, desde donde se dio lectura a los textos sagrados correspondientes al
décimo quinta semana durante el año.
En su homilía, Mons. Urbanc destacó
que “este día está lleno de significados, hoy celebramos a Nuestra Señora del
Carmen y han venido peregrinando a nuestro Santuario miembros del colegio con
sus abanderados, docentes, papás de los chicos, directivos, hermanas”, a
quienes les dio la bienvenida y rogó “que la Virgen les conceda muchas
bendiciones”.
El Pastor Diocesano hizo
referencia otro acontecimiento que se vivió en la jornada dominical. “También
hoy venía un grupo de peregrinos, gauchos desde La Rioja. Se iban a reunir en
la parroquia San Nicolás de Bari”. Asimismo, dio la bienvenida a “muchos
hermanos peregrinos de distintas provincias”, mencionando la Fiesta Nacional e
Internacional del Poncho, “hermoso vestido de nuestro pueblo, que de modo simbólico
nos ayude a tratar de hacer que nuestra sociedad esté muy bien amalgamada entre
todos, que esté entretejida con lazos de verdad, amor, justica, de paz”, dijo.
En otro tramo de su
predicación destacó la centralidad de la Palabra de Dios en la vida del
cristiano, indicando que “la Palabra tiene que estar en el corazón, debe ser
como la lluvia mansa que penetra la tierra, empapa la semilla, que puede
germinar y transformarse en una planta y dar frutos”, expresó. Y llamó a
reflexionar sobre “cómo es mi corazón para recibir la Palabra. ¿Duro, lleno de
piedras, de espinas y yuyos, o un corazón bien trabajado donde la Palabra de Dios
cae, es acogida, tiene la humedad, el calor y la luz
suficientes, brota y
después da frutos?”, se preguntó, apuntando que “esos frutos son la caridad, la
misión. El lema del trienio de preparación para la celebración, en 2020, de los
400 años del hallazgo de la Virgen dice ‘Discípulos misioneros como María’, querría
saber cuántos son misioneros, esos que dan testimonio de Jesús en su trabajo,
que hablan de Jesús, que defienden los valores de la fe cristiana”.
Antes de finalizar la Santa
Misa, el Obispo impartió la bendición ubicando delante de la asamblea a los abanderados
y escoltas del Colegio del Carmen y San José.
El broche de oro lo puso el
tenor Nicolás
Romero, quien cantó ante la Imagen de la Virgen María en su
advocación del Carmen, interpretación que fue seguida con admiración y respeto
por todos los presentes.