A los pies de la Virgen, tres jóvenes fueron admitidos al Diaconado y Presbiterado
En la noche del jueves 3 de diciembre, durante la Misa central del quinto día de la novena en honor de Nuestra Madre del Valle, los jóvenes Ramón Carabajal, Martín Brizuela y Juan Marcos Bellomo fueron admitidos como candidatos a los órdenes sagrados del Diaconado y el Sacerdocio.
La ceremonia fue presidida
por el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, y concelebrada por sacerdotes del
clero catamarqueño. Los jóvenes vivieron este momento especial en su camino hacia
la consagración total a Dios y a la Iglesia acompañados de sus padres y
hermanos, representantes de la Pastoral Vocacional y de la Pastoral Misionera,
que rindieron su homenaje en esta jornada. También una gran cantidad de fieles
siguió la ceremonia desde sus hogares a través de las redes sociales y medios
de comunicación.
En el inicio de la celebración, se dio lectura al decreto correspondiente y los tres candidatos fueron presentados al Obispo.
En su homilía, el Pastor Diocesano
expresó que “este rito, queridos Martín, Juan y Ramón, cierra un capítulo de
indefiniciones, dudas, pruebas, planteos, etc., para dar un sí mariano, el Fiat
de María, al llamado que el Señor les hizo y lo sostendrá hasta la eternidad”.
Y les recordó que “con este paso que dan ante la comunidad eclesial y a la que
han de entregarse sin reservas, tendrán necesidad de estar más unidos a Jesús y
a María, si, en verdad, aspiran a ser felices y a crecer en la comunión con
Dios y los hermanos, para quienes hacen esta libre entrega de todo su ser y
haber”.
Luego, dirigiéndose a la comunidad, les rogó “encarecidamente que comprometan su perseverante oración por ellos, puesto que lo que nació con la Gracia se ha de conservar con la Gracia, implorada con la fe y el amor de todos”.
A continuación. Mons. Urbanc se refirió a la temática propuesta para el
quinto día, destacando que “también les aporta un elemento importante para el
llamado que el Señor nos hace a todos y, en especial, a ustedes: tener un
corazón abierto a cada persona y al mundo entero”.
Para finalizar, encomendó a la Madre del Valle “a nuestros hermanos Martín, Juan Marcos y Ramón para que no los sueltes de tu mano y les modeles sus corazones a semejanza del tuyo: tierno, fuerte, sufrido, alegre, esperanzado, confiado, dócil, leal, transparente, puro, misericordioso, perdonador, conciliador y contemplativo. Concédenos a todos tener un corazón abierto como el tuyo, en donde quepan todas las personas, sin distingos; dispuestos siempre a servir, con prontitud y generosidad, al que la providencia divina ponga a nuestro lado”.
Luego de la homilía, se
prosiguió con el rito de Admisión, donde los candidatos manifestaron
públicamente sus intenciones de completar su preparación en el camino del Diaconado
y del Sacerdocio para servir a Dios y a la Iglesia.
Seguidamente, toda la
asamblea se unió en oración por ellos, quienes prosiguieron el resto de la
celebración desde el Presbiterio.