Queridos hermanos:
Los Pastores de las once
diócesis del NOA nos hemos reunido en Salta, en un clima fraterno, respetando
las medidas sanitarias, en este tiempo de pandemia en que se han puesto en
evidencia también otras enfermedades sociales que aquejan a la Patria y especialmente
al NOA.
Compartimos el dolor de
tantas familias que sufren la enfermedad y hasta la muerte de sus seres
queridos, entre los cuales contamos también a muchos consagrados. Sabemos que
tanto dolor, vivido desde la fe en el misterio Pascual de Jesucristo, no
quedará infecundo, sino que ha de servir para la redención de los hermanos.
Desde allí deseamos animar, consolar y fortalecer a los que sufren y a quienes
los cuidan.
El esfuerzo de todos los
trabajadores de la salud, de la educación y de los servicios esenciales son un
aliento de esperanza en medio de tanto desconcierto, sufrimiento e injusticia.
Es alentador el testimonio
de tantos hermanos que entregan su vida cuidando a los enfermos en esta
pandemia. Otros lo hacen cuidando toda vida, especialmente de los excluidos por
las condiciones de vida precaria y la falta de oportunidades (trabajo,
educación, vivienda).
Que todos podamos acrecentar
la fraternidad, fortaleciendo el respeto a la dignidad de cada persona y el
cuidado de la Casa Común. Especialmente la vida del niño por nacer, la vida y
dignidad de la mujer vulnerada, de los ancianos, de los pueblos originarios, de
las personas en consumo problemático, etc.
Vemos que en nuestra Patria
y en el NOA la democracia se viene debilitando progresivamente por la falta de
escucha, de diálogo y de encuentro. Necesitamos poner los bienes personales y
sociales; espirituales, intelectuales y materiales al servicio de todos los argentinos.
Valoramos el compromiso de tantos hermanos que sirven a la sociedad. A la vez, nos
preocupa que muchos funcionarios de los tres poderes del Estado y dirigentes
(políticos, sociales, económicos, sindicales, incluso religiosos), antepongan
el bien personal, partidario o sectorial por encima del bien común,
privilegiando a grupos y excluyendo a muchísimos conciudadanos.
La democracia se ve
amenazada por la falta de respeto a la división de los tres poderes, por la
falta de independencia de la justicia, por la falta de participación de los actores
de la sociedad civil, por la promulgación de leyes injustas, inhumanas e inconstitucionales,
como la del aborto.
Para que la Democracia sirva
al bien común ha de poner en el centro a la persona humana, especialmente los
que están postergados o excluidos.
El respeto de la
Constitución debe orientarse, precisamente a salvar el bien común.
La ley fundamental de
nuestra Patria es garantía de libertad y el camino de fraternidad.
La pandemia no ha terminado,
cuidémonos y cuidemos a los hermanos. Esperamos que la vacunación llegue a
todos, especialmente a los sectores más vulnerables y necesitados.
Estamos seguros de que la
mejor vacuna contra las enfermedades sociales de nuestra Patria es apostar por
el bien común, que lo podemos sintetizar en el mandamiento de Jesús: “Lo que yo
les mando es que se amen los unos a los otros” (Cfr. Jn. 13,34 – 15,12),
“…porque tuve hambre, sed, estuve desnudo, enfermo y preso y me han
atendido…”(Cfr. Mt. 25, 35ss).
Asumamos este compromiso
evangélico sirviendo a todos, cuidando la vida con valentía creativa, desde la
humildad, como San José y la Virgen.
Con alegría esperamos la
próxima beatificación de Fray Mamerto Esquiú. Su vida y su ejemplo constituyen
un regalo de Dios para nosotros. Que este hombre de Dios, hijo del Noroeste
Argentino nos desafíe a amar a la Patria y a cuidarla dando lo mejor de nosotros
mismos, respetando la Constitución para defender a la sociedad de la tentación
del autoritarismo y de la anarquía.
Como Pastores queremos
seguir acompañando al Pueblo Santo de Dios, animando a todos los hombres y
mujeres de buena voluntad. A los fieles cristianos, los animamos a caminar
juntos. Hoy la Patria necesita nuestro testimonio gozoso de vida evangélica.
Que nuestra Madre, la
Santísima Virgen y San José nos acompañen.
Con afecto paternal
invocamos la bendición de Dios.
Los
Obispos del NOA
Carlos Sánchez, Arzobispo de
Tucumán.
Roberto Ferrari, Obispo
Auxiliar de Tucumán.
Vicente Bokalic, Obispo de
Santiago del Estero.
Enrique Martínez Ossola
Obispo Auxiliar de Santiago del Estero.
José Luis Corral, Obispo de
Añatuya.
Melitón Chavez, Obispo de
Concepción.
José María Rossi, Obispo
emérito de Concepción.
Dante Braida, Obispo de La
Rioja.
Mario Cargnello, Arzobispo
de Salta.
Luis
Urbanc, Obispo de Catamarca.
Daniel Fernández, Obispo de
Jujuy.
Félix Paredes, Obispo de la
Prelatura de Humahuaca.
Luis Scozzina, Obispo de
Oran.
Pablo Moreno, Administrador
Apostólico de la Prelatura de Cafayate.
11 de febrero de 2021, memoria de Nuestra Señora de Lourdes