El domingo 7 de septiembre,
Catamarca vivió una jornada de agradecimiento a la Virgen del Valle por su
protección durante el terremoto de 2004.
Los actos programados por la
Iglesia local incluyeron el tañer de campanas en los templos, a las 8.53, hora
en que se registró el movimiento telúrico, en tanto que por la tarde se realizó
una extensa caravana vehicular desde el departamento Capayán hasta Capital y
una misa de acción de gracias en el atrio de la Catedral Basílica.
A las 15.00, la Imagen de
Nuestra Señora del Valle partió desde la Catedral Basílica en brazos del Obispo
Diocesano, Mons. Luis Urbanc, y acompañada por el Rector del Santuario Mariano,
Pbro. José Antonio Díaz, para encontrarse con los numerosos hermanos que la
esperaban emocionados en el ingreso a la
Luego de una hora y media de
viaje, la caravana arribó al Paseo de la Fe, donde se congregó un buen número
de fieles para participar de la Santa Misa presidida por el Obispo Diocesano,
Mons. Luis Urbanc, y concelebrada por sacerdotes del Decanato Capital.
La ceremonia litúrgica
comenzó con la salida de la Imagen auténtica de la Virgen del Valle desde el
interior del Santuario, en la urna colocada en un costado del altar, desde
donde presidió la Santa Misa.
Durante su homilía, el
Pastor Diocesano dijo que esta manifestación pública de fe “significa que ha
quedado grabada en la memoria de muchos esta gratitud a la Santísima Virgen
María”, y “vamos a tener que hacer un compromiso a nuestra Madre, porque son
diez años en que no hemos tenido que lamentar ni una víctima. Por eso es bueno
que hoy estemos agradeciendo con júbilo y lágrimas en los ojos la intercesión
de Nuestra Madre del Valle”.
Tomando la Palabra de Dios
escuchada afirmó que “la única deuda para con los otros es la del mutuo amor. Y
amar es entrar en relación con el otro, amar es servir, valorar al otro, es
descubrir a Dios en el otro. Cuando uno ama corrige al otro, para que se
arrepienta de su pecado y si se arrepiente se salvará”.
En otro tramo de su
predicación, Mons. Urbanc mencionó los arreglos en el templo catedralicio,
indicando que “en este día de acción de gracias, le estamos regalando a la
Virgen el arreglo del hermoso frente de esta Catedral, que está hecho con la
ayuda de ustedes, como gratitud a que nos ha protegido. Le estamos obsequiando
esta restauración, que ojalá se traduzca en un verdadero arreglo que hagamos de
la vida de cada uno de nosotros, que somos los templos valiosos, los templos
vivos de Dios. Nosotros tenemos que restaurar profundamente el corazón para que
sea como el de la Madre, que ama, que perdona, que
es fiel, que es honesto, que
es trabajador, que se compromete con la construcción de una verdadera
ciudadanía. Esos corazones espera la Madre”.
Durante la celebración
eucarística, Catamarca se unió a la Iglesia en Argentina, rogando por los
migrantes, “esas personas que tienen que dejar su patria para ir a otra patria,
en busca de un futuro mejor en otro lugar. Y estos hermanos necesitan ser
acogidos, recibidos, acompañados. Por eso en esta jornada como Iglesia tenemos
que pedir al Señor que nuestros corazones se sensibilicen para ver a Jesús que
se nos presenta como forastero, como migrante”.
La Eucaristía culminó con el
traslado de la Imagen cuatro veces centenaria de la Madre Morena del Valle desde
el atrio hasta el Camarín de la Catedral Basílica, ante el saludo jubiloso de
los presentes.