El sábado 7 de noviembre, en
el templo parroquial de Santa Rosa de Lima, recibieron el Sacramento de la
Confirmación cerca de 100 personas, entre niños, adolescentes, jóvenes y
adultos, pertenecientes al grupo de catequesis de la Iglesia Nuestra Señora del
Perpetuo Socorro, Sede Parroquial y de chicos especiales, quienes participaron
de la celebración guiados por su catequista con el lenguaje de señas.
La Santa Misa fue presidida
por el Vicario General de la Diócesis, Pbro. Padre Julio Quiroga del Pino,
quien en su homilía se refirió a la importancia de escuchar la
Palabra de Dios,
expresando que “escuchar es mucho más que haber oído. Escuchar indica que lo
que se me ha dicho yo lo recibo, lo acepto y si lo acepto, debo hacer lo que he
escuchado”.
Luego afirmó que “por el
bautismo ingresamos en la vida de Dios, se nos abren las puertas para ser
ciudadanos del cielo. Sin embargo, en el camino sabemos muy bien que no todo lo
que nos llega es Palabra de Dios. Hay muchas otras palabras, que son muy
distantes a la voluntad de Dios, entonces, nuestras vidas son una lucha
constante entre lo que es de Dios y lo que no es de Dios. En este camino de
lucha constante, El sabe bien lo que necesitamos. Por eso nos regala los dones
de su amor, que
es el Espíritu Santo con sus siete dones, para que sean las
herramientas que nos hacen capaz de caminar unidos a Cristo Jesús. Esto es lo
que llamamos el misterio de la fe, que Cristo Jesús nos da la vida de Dios
Padre, somos asistidos por su bondad, somos los destinatarios de tanto amor.
Entonces, el Espíritu Santo viene a nosotros, ingresa en nosotros, nos asiste,
nos ilumina, nos fortalece, nos conduce en la vida de Dios. Si tenemos la vida
de Dios entonces gustosamente seamos
agradecidos y le pidamos que venga y llene siempre nuestro corazón de tanto
amor”.
Durante la ceremonia, el Padre
Quiroga del
Pino ungió con el óleo consagrado a quienes ese día fueron
confirmados en la fe.
Antes de la bendición final,
el párroco, Pbro. Armengol Acevedo, dirigió unas breves palabras a los
confirmados y sus catequistas, afirmando que “acá no termina todo lo que tienen
que hacer en la vida de fe, sino que empieza más seriamente el compromiso de
vivir como discípulos de Jesús. No se tienen que olvidar de asistir a misa y de
confesarse frecuentemente”, manifestó el sacerdote a quienes recibieron el
sacramento de la Confirmación.
También agradeció en nombre
de la Iglesia a las catequistas, quienes durante este tiempo vinieron preparándose
semanalmente para dar los encuentros, y pidió que se reconozca con un fuerte
aplauso ese gesto de generosidad de cada una de ellas.
Al finalizar la Santa Misa se
hizo entrega a cada confirmado de recordatorios y la cruz.