El 2 de noviembre, en la
conmemoración de todos los fieles difuntos, se puede ganar una indulgencia
plenaria para el alma de un ser querido, un familiar o un amigo por ejemplo,
que se encuentra en el purgatorio.
El Papa Francisco explicó el
30 de octubre que tanto los santos interceden ante Dios por nosotros, como
nosotros podemos rogar al Señor por las almas del purgatorio.
“Todos los bautizados en la
tierra, las almas del Purgatorio y todos los beatos que están ya en el Paraíso
forman una única gran Familia. Esta comunión entre tierra y cielo se realiza
sobre todo en la oración de intercesión”, dijo en esa ocasión.
Para ganar una indulgencia
plenaria por un difunto, debe seguir los siguientes pasos.
- El 2 de noviembre visite
piadosamente una iglesia o un oratorio. Durante esta visita debe rezar un Padre
Nuestro y el Credo. Además, debe formular la intención de querer evitar cualquier
pecado mortal o venial.
- Debe confesarse, recibir
la Santa Comunión y rezar un Padre Nuestro y un Ave María por las intenciones
del Papa. Estas tres condiciones pueden cumplirse unos días antes o después de
la fiesta de Todos los Fieles Difuntos, pero es conveniente que la Comunión y
la oración por las intenciones del Papa se realicen el mismo día.
Tras cumplir estas condiciones,
la persona por la que usted pidió la indulgencia plenaria podrá entrar en el
Cielo.
Asimismo, del 1 al 8 de
noviembre se pueden ganar otras indulgencias por almas que se encuentren en el
purgatorio. Vale precisar que la indulgencia plenaria únicamente se puede ganar
una vez al día.
Para ganar estas
indulgencias, puede visitar piadosamente un cementerio y orar por los difuntos,
al tiempo que se debe querer evitar cualquier pecado mortal o venial. También
se deben cumplir las condiciones de confesión sacramental, Comunión Eucarística
y oración por las intenciones del Papa.
Una misma confesión sirve
para ganar varias indulgencias, pero se necesita una nueva Comunión, una nueva
oración por las intenciones del Papa y una nueva visita al cementerio por cada
indulgencia.
Fuente: ACI Prensa