El 2 de febrero, fiesta litúrgica
de la Presentación del Señor, se llevó a cabo el primer día del triduo eucarístico
por los frutos del Congreso Eucarístico Nacional, en la parroquia Santa Rosa de
Lima, cuya comunidad dio gracias a Dios por los dos años de párroco del Pbro. Salvador
Armengol Acevedo.
La celebración se inició en
la entrada del templo con la bendición de las candelas y se ingresó procesionalmente
para continuar con el desarrollo de la Santa Misa.
En su homilía, el sacerdote
destacó que “en las Sagradas Escrituras cuando se utiliza el símbolo de la luz
quiere significar vida. Entonces estamos tomando entre nuestros brazos la vida
divina, la vida de Dios. La luz
también significa Verdad. Jesús es también la
verdad que necesitamos para vivir. Esta luz también significa el bien, que nos
hace buenos”.
“Nos vamos a llevar esta luz
a nuestra casa. Hagan este ejercicio con la velita, que es símbolo de Jesús, y
le demos gracias por haber conocido al Salvador, y cuando en algún momento de
la vida necesitemos verdad y bien, prendan la vela. No la lleven para tenerla
de adorno. Qué significativo es este gesto, y si ponemos la confianza en el
Señor recibiremos vida, verdad y bien”, indicó el Padre Acevedo.
Refiriéndose al Evangelio,
que habla de una anciana quien al enterarse que Jesús estaba en el templo
comenzó a decirles a todos que el Salvador ya está entre nosotros, afirmó que “justamente
ésta es también nuestra tarea, nuestra misión de bautizados. Si realmente hemos
acogido al Señor Jesús, debemos anunciar a todos que ya está entre nosotros y
que nos puede salvar”.
Antes de la despedida final,
el Padre Acevedo agradeció a los fieles presentes por compartir la Eucaristía
en este día, y destacó el acompañamiento pastoral que le brindaron de manera
incondicional durante estos dos años.