El domingo 7 de febrero, la
Diócesis de Catamarca vivió un especial acontecimiento con la fundación de la
Casa Virgen del Valle de las Hermanas del Verbo Encarnado, quienes se suman a
la labor pastoral en la parroquia San Roque, con sede en la ciudad de Recreo,
departamento La Paz.
La presentación oficial de
la congregación religiosa en la comunidad del este catamarqueño se llevó a cabo
en el templo parroquial, durante la Santa Misa presidida por el Obispo de
Catamarca, Mons. Luis Urbanc, y concelebrada por el Decano de la Zona Este,
Pbro. Humberto Carrizo, el Párroco y el Vicario Parroquial de Recreo, Pbros. Gustavo
Flores y Facundo Brizuela, respectivamente.
En la oportunidad se contó
con la presencia de la Superiora de la Comunidad de Rosario, Hna. María
Alejandra Villalba, acompañada por las Hermanas de la comunidad que acompañaron
este momento de particular significación para la congregación y para la
Iglesia
catamarqueña.
Participaron de la
celebración autoridades civiles, encabezadas por el Intendente de Recreo, Dn.
Roberto Herrera, miembros de instituciones eclesiales, del colegio parroquial y
una importante cantidad de fieles de las distintas comunidades de la parroquia.
Durante la ceremonia se leyó
el decreto mediante el cual el Obispo Diocesano autoriza la erección de la Casa
de las Hermanas del Verbo Encarnado, bajo la denominación de Nuestra Señora del
Valle.
Las primeras religiosas que
vivirán en Recreo son las Hnas. Marta Inés Zucco (Superiora), Mayra Pérez y
Jovina, quienes colaborarán con las tareas del Colegio Parroquial Inmaculada
Concepción, como también en la amplia acción pastoral de la parroquia San
Roque.
Del
Obispo: “Es una riqueza para la diócesis”
Mons. Luis Urbanc destacó
este acontecimiento de gracia para la Diócesis de Catamarca, indicando que lo
enmarca y lo ve “dentro de la Providencia de Dios, que derrama abundantemente
su misericordia en la diócesis, porque la presencia de la vida consagrada es
una riqueza para la diócesis”.
Al hacer alusión a la nueva
comunidad religiosa dijo que “es una congregación que tiene el carisma de
anunciar la presencia del misterio de la Encarnación del Hijo de Dios. Creo que
trae muchas bendiciones para toda la diócesis, en especial para el Este catamarqueño”.
De
las religiosas: “Gracias por abrirnos las puertas de la diócesis”
La Hna. María Alejandra Villalba
agradeció en nombre de la Superiora General, al Obispo “por abrirnos las
puertas de su diócesis. Muchísimas gracias en nombre de la
congregación, por confiar
en nosotras. Ciertamente las hermanas iniciamos hoy aquí un camino para vivir
con ustedes nuestro carisma, que es esa manera de vivir el evangelio. Por ello queremos
vivir y anunciar la Encarnación del Verbo. Dejamos tres hermanas aquí,
comprometidas para anunciar el evangelio del amor y la bondad”.
Asimismo, la religiosa
comentó que “nuestra congregación propuso al Santo Padre un año jubilar y nos
lo concedió para vivirlo en el mismo Año Jubilar de la Misericordia. Por eso en
cada lugar donde trabaje o viva una religiosa del Verbo Encarnado es un lugar
donde podemos ganar indulgencia plenaria. Ya las hermanas a lo largo de su
trabajo apostólico les irán diciendo qué significa ganar indulgencia plenaria”.
Del
párroco: “Es una hermosa bendición de Dios”
El Padre Gustavo Flores,
párroco de San Roque, les dio la bienvenida a las Hermanas, y explicó que “es
una parroquia extensa, con muchas comunidades y todas las personas que allí
viven están ávidas de Dios y de su mensaje. Para nosotros es una hermosa
bendición de Dios, en este Año de la Misericordia, el Padre Dios nos hace una
hermosa caricia al darnos este regalo”.
Además, pidió “a toda la
comunidad parroquial que aprovechemos al máximo este don, que con la ayuda del
Espíritu Santo descubramos el sentido más profundo, el porqué y para qué van a
vivir las Hermanas en medio de nosotros. Las hermanas, totalmente consagradas a
Dios, traen la luz de Cristo donde más densas son las tinieblas, y difunden la
esperanza en los corazones desalentados”, afirmó. Y explicó que “las personas
consagradas son un signo de Dios en diferentes entornos, levadura para el
crecimiento de una sociedad más justa y fraterna. Cada persona consagrada es un
regalo para el pueblo de Dios. Las hermanas, en medio de nosotros, van a realizar
la misión que les toca”.