Francisco: “El encuentro entre la comunicación y la
misericordia es fecundo cuando genera una proximidad que cura y
acompaña”
El
domingo 8 de mayo, Día de la Ascensión del Señor Jesucristo, se celebra la 50°
Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, cuyo tema es “Comunicación y
Misericordia: un encuentro fecundo”.
La
elección de la temática de este año se hizo en orden al Jubileo Extraordinario
de la Misericordia, por lo que el Santo Padre quiso que esta jornada fuera una
ocasión propicia para reflexionar sobre la relación profunda entre la comunicación
y la misericordia.
En su
mensaje, el Sumo Pontífice explica que “el Año Santo de la Misericordia nos
invita a reflexionar sobre la relación entre la comunicación y la misericordia”,
porque la Iglesia “está llamada a vivir la misericordia como rasgo distintivo
de todo su ser y actuar”.
Francisco
expresa en su mensaje que “la comunicación tiene el poder de crear puentes, de
favorecer el encuentro y la inclusión, enriqueciendo de este modo la sociedad.
Es hermoso ver personas que se afanan en elegir con cuidado las palabras y los
gestos para superar las incomprensiones, curar la memoria herida y construir
paz y armonía”. Y añade que “las palabras pueden construir puentes entre las
personas, las familias, los grupos sociales y los pueblos”.
Por
este motivo, el Papa invita “a las personas de buena voluntad a descubrir el
poder de la misericordia de sanar las relaciones dañadas y de volver a llevar
paz y armonía a las familias y a las comunidades”.
Por
otro lado, recuerda que “la comunicación, sus lugares y sus instrumentos han
traído consigo un alargamiento de los horizontes para muchas personas. Esto es
un don de Dios, y es también una gran responsabilidad. Me gusta definir este
poder de la comunicación como ‘proximidad’. El encuentro entre la comunicación
y la misericordia es fecundo en la medida en que genera una proximidad que se
hace cargo, consuela, cura, acompaña y celebra”.
Asimismo
hace un llamamiento “a cuantos tienen responsabilidades institucionales,
políticas y de formar la opinión pública, a que estén siempre atentos al modo
de expresarse cuando se refieren a quien piensa o actúa de forma distinta, o a
quienes han cometido errores” ya que es fácil “ceder a la tentación de
aprovechar estas situaciones y alimentar de ese modo las llamas de la
desconfianza, del miedo, del odio”. “Se necesita, sin embargo, valentía para
orientar a las personas hacia procesos de reconciliación”, aseveró.
Por
otro lado, el Papa recuerda la importancia de la escucha porque “comunicar
significa compartir, y para compartir se necesita escuchar, acoger. Escuchar es
mucho más que oír. Oír hace referencia al ámbito de la información; escuchar,
sin embargo, evoca la comunicación, y necesita cercanía. La escucha nos permite
asumir la actitud justa, dejando atrás la tranquila condición de espectadores,
usuarios, consumidores”.
Sin
embargo, Francisco asegura que “escuchar nunca es fácil” porque “escuchar
significa prestar atención, tener deseo de comprender, de valorar, respetar,
custodiar la palabra del otro” y agrega que “saber escuchar es una gracia
inmensa, es un don que se ha de pedir para poder después ejercitarse
practicándolo”.
Por
último, el Papa se refiere también a los correos electrónicos, los mensajes de
texto, las redes sociales, los foros que “pueden ser formas de comunicación
plenamente humanas. No es la tecnología la que determina si la comunicación es
auténtica o no, sino el corazón del hombre y su capacidad para usar bien los
medios a su disposición”. “Las redes sociales son capaces de favorecer las
relaciones y de promover el bien de la sociedad, pero también pueden conducir a
una ulterior polarización y división entre las personas y los grupos”, afirmó.
Por
este motivo, pide que en el Año Jubilar vivido en la misericordia “nos haga más
abiertos al diálogo para conocernos y comprendernos mejor; elimine toda forma
de cerrazón y desprecio, y aleje cualquier forma de violencia y de
discriminación”.
En Catamarca
En
la Diócesis de Catamarca, que vive el Año del Compromiso Cívico y Ciudadano, en
el marco de la Misión Diocesana Permanente, el Obispo Diocesano, Mons. Luis
Urbanc, nos propone “ser voz profética, que no es sólo hacer escuchar nuestra
voz de protesta, sino hacer también propuestas constructivas para solucionar
los problemas y presentar alternativas. También es importante realizar acciones
y gestos simbólicos, capaces de llamar la atención de la opinión pública sobre
determinada causa. La manera de denunciar reflejará siempre un espíritu
evangélico y profético”.