Pablo Martínez en el homenaje de los jóvenes. |
En el epílogo de los actos
programados para celebrar los 100 años de la inauguración del Camarín y el 125°
aniversario de la Coronación Pontifica de la Imagen de la Virgen del Valle, los
jóvenes rindieron su homenaje a la Madre Morena con un recital de música
cristiana en la Catedral Basílica, a cargo de grupos musicales católicos
locales y con la presencia del cantante Pablo Martínez, quien llegó especialmente
a nuestra ciudad para sumarse a esta celebración.
Todos los grupos y
movimientos juveniles, los equipos de pastoral de los colegios, delegaciones de
parroquias de la capital junto a gran cantidad de fieles se dieron
cita para
vivir una celebración de amor y alabanza a Dios y a la Madre del Valle por
medio del canto.
Con la animación del grupo
Yanai, comenzó la celebración a los pies de la Imagen bendita de Nuestra Señora
del Valle, que luego dio paso a la esperada presentación de Pablo Martínez,
quien expresó en su saludo de bienvenida que “no quiero que nadie se confunda,
lo que vamos a vivir no es un recital, sino un momento para rezar cantando.
Todas las canciones serán una oración a Dios y a la Virgen”. Junto a una banda
compuesta por tres jóvenes, su repertorio hizo estallar en aplausos el templo
catedralicio, desbordado por una gran cantidad de jóvenes, que manifestaron su
alegría por el encuentro con María.
A continuación, la música
del joven cantautor catamarqueño Franco Rodríguez animó la preparación de la
procesión con antorchas. Muchos se ubicaron en el Paseo de la Fe, desde donde
se inició la procesión, presidida por el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc,
junto a sacerdotes del clero local, autoridades y miembros de las Fuerzas de
Seguridad y fieles en general. La columna iluminada caminó junto a la Imagen
casi cuatro veces centenaria de la Virgen del Valle alrededor de la plaza 25 de
Mayo, cantando, alabando y recordando la
historia de la Coronación Pontificia y
meditando en las obras de misericordia.
Al finalizar la marcha
procesional, las campanas anunciaban regreso de la portentosa Imagen a su
Santuario, y fue llevada en brazos del Obispo hasta el Camarín, tal como
ocurriera hace cien años atrás.