El sábado 1 de octubre, la
Iglesia de Catamarca vivió la Asamblea Diocesana en el Centro Educativo y
Cultural Diocesano “Virgen del Valle” (ex Seminario) con la participación de
150 personas, entre los que se contaron sacerdotes, religiosos y laicos de la Capital
y el interior, que representaron a las parroquias, a las distintas áreas
pastorales, movimientos e instituciones. La jornada fue presidida por la Imagen
de la Virgen del Valle, a quien se encomendó la tarea realizada y que será el
centro de las actividades pastorales en los próximos años.
Luego de la oración de la
mañana y un momento de reflexión vividos en la Capilla, los presentes pasaron
al Salón de Actos donde el grupo Yanai tuvo a cargo la animación del
encuentro.
El Pbro. Antonio Bulacio, Asesor de la Pastoral de la Salud, presento a algunos
chicos de la comunidad del Cenáculo que contaron sus experiencias con las
adicciones y el camino de recuperación emprendido junto a las tareas que
realiza la pastoral acompañando a los jóvenes catamarqueños y a sus familias.
A continuación, el Vicario
de Pastoral, Pbro. José Antonio Díaz hizo un repaso de la Misión Diocesana
Permanente iniciada luego del Centenario de la Diócesis de Catamarca que se
celebró en 2010, de acuerdo a lo trazado por la Asamblea Diocesana de 2011.
Marcó lo que se hizo y lo que quedó
pendiente. Así, recordó las opciones
pastorales de cada año: en 2012 fue la Familia, en 2013 la Juventud, en 2014 la
Niñez, en 2015 el Laicado y en este 2016, en el Bicentenario de la
Independencia Nacional, estamos transitando el Año Diocesano del Compromiso
Cívico y Ciudadano. Luego planteó la propuesta para el trienio previo al Año
Jubilar del 2020 en el que celebraremos los 400 años del hallazgo de la
venerada imagen de la Virgen del Valle, con las opciones pastorales de
Formación en 2017, Devoción Popular en 2018 y Espiritualidad en 2019. Las
palabras del
sacerdote estuvieron enmarcadas en el Documento de Aparecida que
ofrecieron los obispos latinoamericanos en 2007, en el que invitan a todos los
bautizados a recordar que deben ser discípulos-misioneros de Jesucristo y la
centralidad de la presencia de la Virgen María en este caminar.
Luego se constituyeron nueve
grupos de trabajo, en los que realizaron una evaluación de la primera etapa de
la Misión (2011-2016) y se formularon propuestas de las distintas áreas
pastorales, movimientos, parroquias e instituciones eclesiales para la nueva
etapa (2017-2019).
Luego del trabajo de grupos,
se realizó una puesta en común en la que se expusieron los objetivos y
propósitos de los fieles catamarqueños para vivir de una mejor manera los la fe
y la devoción mariana, finalizando el encuentro con un momento de oración junto
a la Virgen de Valle. Los presentes formaron un gran círculo y tomados de la
mano pidieron a la Madre Morena su compañía e intercesión para ser verdaderos
discípulos misioneros.