El 18 de octubre, el
Movimiento de Schöenstatt cumple 102 años de su fundación. Por este motivo sus
miembros invitan a participar de las distintas actividades programadas, especialmente
a los misioneros aliancistas, al rezo de las mil Ave Marías, que se realizará a
partir de las 13.00, en el templo de Adoración Eucarística Perpetua ubicado en
calle Maipú entre San Martín y Chacabuco, ciudad capital.
Al finalizar el momento de
oración se concretará una peregrinación hasta la Catedral Basílica y Santuario
de Nuestra Señora del Valle, donde se celebrará la Santa Misa a las 20.00, en
la que se dará gracias por la labor pastoral que desarrolla el movimiento en
Catamarca y el mundo.
Sobre
el movimiento
Se trata de un movimiento
católico nacido en el seno de la Iglesia y a su servicio, difundido a nivel
mundial. Su objetivo principal es la renovación religioso-moral del hombre y la
sociedad. Su nombre proviene del lugar donde nació: Schöenstatt, que significa lugar
hermoso.
Se fundó en tiempos de la
primera guerra mundial, el 18 de octubre de 1914, fecha en que el Padre José Kentenich
con un grupo de jóvenes sellaron un pacto de amor de alianza con María en una
capillita, convertida en un lugar de peregrinación, de gracias. Un lema vital
para su obra expresa “Nada sin ti, Madre tres veces admirable, nada sin
nosotros tus instrumentos”.
De
su fundador
El Padre José Kentenich
nació el 1 de noviembre de 1885. Su primera labor pastoral fue la dirección espiritual
del Seminario de los Palotinos, congregación de Schöenstatt. De su personalidad
se destacan los rasgos de una paternidad singular y sobrenatural.
La obra del Padre José
Kentenich tiene la misión primordial de invertir todos los esfuerzos
apostólicos en una cruzada para recuperar, sanar y educar a los hombres y
mujeres de nuestro tiempo dándoles la capacidad de vincularse orgánicamente con
el mundo creado como un camino hacia Dios para así pensar desde Él, amar en Él
y vivir con Él.
Por ello la alianza de amor
con María es la entrega total del hombre a la Santísima Virgen para que ella lo
eduque en el pensar, amar y vivir. Que mediante el amor natural lleguemos al
amor sobrenatural y que nos santifiquemos en las pequeñas cosas de la vida
diaria haciéndolas extraordinariamente bien.
Para las personas que lo
visitan con frecuencia, el Santuario de la Virgen de Schöenstatt tiene tres
gracias fundamentales.
- La
primera es el cobijamiento, que simboliza la sensación de protección y de
bienestar que implica peregrinar al Santuario.
- La
segunda es la transformación interior, que describe la acción de María
como educadora y acompañante del camino de crecimiento de las personas.
- La
tercera es el envío apostólico, es decir, el impulso de salir al encuentro
de los demás para construir la comunidad nueva. Este es un ideal de
sociedad fundada en valores cristianos que tiene especial importancia para
los schöenstattianos.