El domingo 30 de octubre, alrededor
de 150 niños, jóvenes y adultos recibieron el Sacramento de la Confirmación en
la parroquia Santa Rosa de Lima, en la ciudad capital.
La Santa Misa fue presidida
por el Pbro. Juan Orquera, delegado del Obispo Diocesano para este servicio, y
concelebrada por el párroco, Pbro. Armengol Acevedo, quien antes de la homilía presentó
a los confirmandos.
Durante su predicación el
Padre Acevedo se dirigió a los confirmados expresando que “el don del Espíritu Santo que van a recibir será un
sello espiritual que los identificará
más plenamente con Cristo y nos une más
estrechamente a su Iglesia.
Cristo, el ungido por el Espíritu Santo en el bautismo que recibió de Juan, fue
enviado para realizar su obra y poder encender en la tierra el fuego del
espíritu. Ustedes, queridos confirmandos, que ya han recibido el bautismo,
recibirán ahora la fuerza de su espíritu
y serán marcados en la frente con su
cruz”.
Asimismo, los exhortó “dar
ante el mundo el testimonio de su Pasión y Resurrección de
tal manera que sus
vidas, como dice el apóstol, sean en todo lugar el cuerpo místico, que es la
Iglesia, el Pueblo de Dios, que recibe de Él las gracias que el mismo Espíritu
Santo distribuye a cada uno para la edificación del cuerpo místico en la
caridad y en la unidad”. Por ello, los llamó a que “sean entonces miembros
vivos de esta Iglesia, y conducidos por el Espíritu Santo procuren servir a
todos como Cristo, que no vino a ser servido sino a servir”.
También agradeció a Dios
porque “hoy concluye el proceso formativo de los niños y jóvenes adultos que
concurrieron a los encuentros de formación
en la sede parroquial y en la comunidad de Nuestra Señora del Perpetuo
Socorro. Agradezco al Padre Juan, Capellán del Santuario, que está con nosotros,
y a todas las personas que colaboraron en los diferentes servicios para
organizar esta celebración. A las catequistas que dedicaron generosamente su
tiempo para formar a los confirmados, por amor a Cristo y a la Iglesia”, dijo.
Al concluir la celebración
eucarística se entregaron recordatorios consistentes en una cruz, un pergamino y
un Rosario.