Como cada año, en la tarde
del lunes 7 de mayo, cientos de fieles se dieron cita en la capilla de San
Cayetano, ubicada en calles Fortunato Rodríguez y Tucumán, para pedir y
agradecer al Patrono del Pan y del Trabajo, en el cierre de las fiestas
patronales.
Los actos litúrgicos fueron
presididos por el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, acompañado por el Pbro.
Julio Murúa, párroco del Sagrado Corazón de Jesús, a cuya jurisdicción
pertenece esa comunidad del sur capitalino.
A las 16.00, la imagen del
Santo Patrono salió de su templo y dio inicio la procesión. Mientras caminaban,
familias completas elevaban portaban espigas y las imágenes de San Cayetano de
sus hogares, elevando oraciones, canciones, y saludando con aplausos y vivas.
Al regresar a la capilla, se
celebró la Santa Misa en el levantado sobre avenida Fortunato Rodríguez, donde
el Obispo rogó “que tengamos todos los días en nuestras mesas, en nuestros
hogares, el pan que necesitamos para vivir, lo suficiente”.
También exhortó a que
“cuidemos lo que Dios nos da y aprendamos de San Cayetano, quien con su
protección nos quiere ir acompañando en el camino de la vida para
que tengamos
el pan servido en la mesa de cada catamarqueño, y tengamos también el trabajo
que lo tenemos que buscar siempre. Y recuerden que hay que trabajar, nunca hay
que estar ociosos, hermanos”.
Alentó a los presentes
diciendo que “nosotros tenemos que trabajar, porque Dios nos ha dado la
inteligencia y las manos, para ganarnos el pan de cada día. Cuando pidamos
trabajo, que realmente tengamos amor al trabajo; hacer el bien, sin mirar a
quien. Y eso tenemos que enseñar a nuestros niños con el ejemplo”.
Para finalizar recalcó que “hay
que trabajar por amor a Dios, y Dios te va a dar la recompensa, así vamos a ser
felices. Todos tenemos que hacer las cosas con alegría, por amor a Dios, que no
malgastemos el día si tenemos salud, fuerza, formación”.