Desde esta mañana se
desarrolla la Asamblea del Decanato Capital, que reúne a laicos, religiosas y
sacerdotes de las 13 parroquias, movimientos, pastorales e instituciones
educativas confesionales que despliegan su labor pastoral en la jurisdicción
capitalina.
La convocatoria se inscribe
en el Año Diocesano de Formación de los Discípulos Misioneros, como parte del
trienio preparatorio para el Jubileo por los 400 años del hallazgo de la Imagen
de la Virgen del Valle en la Gruta de Choya.
Contando con la animación
del grupo Yanai, del Ministerio de Música de la diócesis local, la jornada
comenzó con la oración inicial, presidida por el Obispo Diocesano, Mons. Luis
Urbanc, quien agradeció “este esfuerzo y espero que ustedes sepan transmitir a
sus respectivas comunidades lo que aquí se va a
vivir, reflexionar y rezar”.
Asimismo, recordó parte de
su Carta Pastoral en la que resalta que “la necesidad de la formación de
cristiano se funda en una necesidad aún más radical, la de relacionarnos
íntimamente con Dios, de ser amados por Él y de amarlo, de conocerlo siempre
más y escuchar su palabra. La formación de los bautizados es necesaria para que
seamos capaces de realizar una síntesis de fecunda entre fe y vida, y para que
nos comprometamos en el servicio apostólico de anunciar el Evangelio y
transformar la sociedad”.
Luego se dirigió a los
participantes expresando que “hoy hemos venido a encontrarnos con Jesús, para
poder dar testimonio de Él. Ojalá que el Señor también nos cambie el nombre a
nosotros, como lo hizo con
Pedro, que si soy apático, que mi nombre sea
diligente, que si soy tristón que sea una persona alegre… El nombre es una
actitud hacia la vida, una misión. Ustedes pertenecen a una parroquia, a una
institución y ahí hay que trabajar, ojalá que nos descubran renovados. Para
esto sirven estas asambleas y especialmente ésta que pone todo su acento en la
formación”.
En este sentido, Mons. Urbanc
enfatizó que “nadie da lo que no tiene, si no tengo a Jesús adentro del corazón
como el único valor, no lo puedo entregar a los demás, entregaré cuentitos,
sentimientos, esos que se los lleva el viento, pero no algo que sea de peso, de
fuste, en la propia vida”, y deseó “que éste sea un verdadero encuentro con Jesús,
dejémonos ‘recetear’ por Él -dijo- para ser nuevamente más ágiles, para responder
mejor a la acción de la gracia, y así ir colaborando en la instauración del
Reino de Dios en nuestro mundo”.
Seguidamente, el profesor
Raúl Goitea presentó una síntesis del documento elaborado como fruto del Congreso
Diocesano de Formación de los Discípulos y Misioneros, concretado durante el
pasado mes de mayo en nuestra ciudad. Para ello se centró en los resultados de
la Encuesta al Pueblo de Dios, realizada previo al Congreso, y lo trabajado
durante el desarrollo de aquel encuentro.
Por su parte, el Pbro.
Armengol Acevedo, Decano de Capital, se refirió a los itinerarios según el
Documento de Aparecida, iluminación que sirvió de base para el
trabajo en los
grupos conformados según las edades de los destinatarios de la acción pastoral.
En la oportunidad, se hizo
hincapié en la necesidad de una formación integral como discípulos, que abarca
no sólo lo doctrinal, que es fundamental, sino también la formación en los
sentimientos y actitudes. Ese fue el marco en el cual se trabaja en la Asamblea.
El encuentro finalizará con
un plenario, previsto a las 15.00.