Los días 8 y 9 de junio, se
realizará la Colecta Anual de Cáritas en todos los templos y colegios de la
Diócesis de Catamarca, al igual que en el resto del país.
El origen de esta propuesta solidaria
es bíblico. San Pablo organizó una colecta que surgió espontáneamente de dos
comunidades: Macedonia y Acaya, para ayudar a los más necesitados de Jerusalén
(cfr. Rm 15,25-28). Así como la Iglesia de los primeros años atendía a los más
pobres, hoy lo sigue haciendo institucionalmente a través de Cáritas.
El lema de la Colecta que se
realizará este fin de semana es “Compartir transforma vidas”. El presidente de Cáritas Argentina, Monseñor
Carlos Tissera, advirtió en estos días, ya próximos a la Colecta Anual, que el
actual contexto económico-social tiene un impacto fuerte en los sectores más
pobres y, si bien, los recursos que dispone Cáritas no alcanzan para responder
a las necesidades alimentarias de nuestro país, la organización caritativa de
la Iglesia sigue adelante con su misión, tal como se lo pide el Papa Francisco,
y poniendo el acento en la promoción humana integral.
En nuestra diócesis al
aporte lo pueden realizar en las parroquias o en la sede de Cáritas Diocesana,
avenida Señor del Milagro al 100. Pueden también hacer una transferencia
bancaria a la siguiente cuenta: 31554660244478 / CBU: 0110466420046602444789.
¿Qué
se puede donar para colecta?
Se puede donar dinero,
alimentos y ropa que se encuentre en buen estado. No obstante, como en Caritas
se parte del presupuesto que nadie es tan pobre que no tenga algo para dar,
también se puede donar tiempo y talento.
Respecto del tiempo, hace
falta la dedicación de muchos voluntarios. En cuanto a los talentos, a lo que
recibimos de Dios hay que aprender a ponerlo a disposición de los demás, por
ejemplo, si alguien es versado en música, podría enseñar a tocar algún
instrumento o a cantar; si alguien es médico, podría donar algunas consultas;
si alguien es abogado podría brindar algún tipo de asesoramiento, etc. Como se
trata de crear una red de solidaridad que sea cada vez más amplia e integral,
no bastan los recursos materiales, es necesario también el compromiso de todos.
¿Cuál
es el destino de la colecta?
Cuando se trata de dinero,
un tercio de la colecta lo administra Cáritas parroquial, un tercio Cáritas Diocesana
y un tercio Cáritas Nacional. El dinero se emplea para ayuda inmediata
(alimentos, vestimenta, medicamentos, pasajes, etc.), para acompañar el proceso
de primera infancia, para educación (talleres de oficios, apoyo escolar, becas
familiares, becas de estudiantes universitarios y terciarios, etc.), para
facilitar el acceso al trabajo promoviendo una economía social y solidaria,
para los “Hogares de Cristo” (centros barriales que tienen como finalidad dar
respuesta integral a situaciones de vulnerabilidad social y/o consumos
problemáticos de sustancias psicoactivas), etc.
¿Cómo
se percibe la pobreza de las familias en Catamarca?
Por la solicitud de ayuda de
personas que llegan a Cáritas, se constata que en Catamarca hay muchas familias
que viven en situación de pobreza. Hay datos estadísticos que sostienen que uno
de cada tres argentinos es pobre y el último informe dado a conocer en estos
días por el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica
Argentina (UCA) revela que más de la mitad de los niños y adolescentes vive
bajo la línea de la pobreza. Catamarca no es ajena a esta triste realidad.
¿Qué
propone la Iglesia para mejorar la situación?
Fundamentalmente, vivir en
la caridad y en la verdad. La caridad es trasformadora de las estructuras
sociales. Esto que puede parecer abstracto, no lo es, porque quien practica la
caridad se pone al servicio de los demás, piensa en la otra persona antes que
en sí mismo, no busca el propio interés, rechaza la injusticia, se alegra con
la verdad… Imaginemos una Catamarca y una Argentina donde a nivel cultural,
político, económico, familiar, etc., se viva todo esto, ¿existiría la
corrupción, la competencia desleal, la muerte de inocentes, la acumulación de
riqueza de unos pocos y la miseria de muchos?
A través de Cáritas y de la
Pastoral Social, la Iglesia busca generar conciencia que el camino para salir
de la pobreza y de la injusticia es crecer en la caridad y en la solidaridad,
es decir, pensar y comprometerse más por el otro que el buscar consolidar los
propios espacios de poder.