Los días 6 y 7 de junio, la
Comunidad de Fasta compartió su vida y misión con la comunidad catamarqueña en
la Expofasta, donde alumnos de los distintos niveles de enseñanza, jóvenes y
milicianos dieron testimonio de la alegría de vivir el carisma que los anima.
La misma de desarrolló en el Paseo de la Fe y
estuvo abierta a todo el público. Por pedido de Mons. Elmer Miani, en 1993,
Fasta recibe la misión de continuar la obra educadora de la Iglesia en
Catamarca. Los Jesuitas fueron los primeros en asentarse y construir un
edificio dedicado a la Instrucción de niños y jóvenes. Luego, con gran
generosidad, el edificio y la misión fue transferida a las Carmelitas, quienes
asumieron el desafío de educar a las mujeres de la sociedad catamarqueña.
Por falta de vocaciones, en
1874, las Hermanas del Huerto asumieron la misión educativa en las tierras de
la Morenita del Valle. Con el paso del tiempo, las Hermanas del Huerto también
disminuyeron en el número de religiosas disponibles para llevar adelante la
obra, por lo que Fasta asume el desafío de la evangelización en tierras
catamarqueñas.
Pasaron ya 25 años y esta
comunidad, que vive la espiritualidad dominica, hoy es una fecunda realidad:
Educación Nivel Inicial, Primario, Secundario, Terciario y Universitario,
Movimiento Ruca y una ciudad miliciana, que congrega o muchas personas
comprometidas con la evangelización.
Hoy fasta está presente en
numerosas ciudades del país y también en Perú, España, Congo, Ecuador, Estados
Unidos y Costa Rica.