Queridos
hermanos en Cristo y Nuestra Señora del Valle:
Como
pastor de esta porción del pueblo de Dios que peregrina en Catamarca, quiero
agradecer la solidaridad mostrada por diferentes líderes religiosos de otras
confesiones, representantes de la esfera social y política de nuestra provincia
e innumerables feligreses, quienes me hicieron llegar su apoyo y acompañamiento
frente a diferentes hechos que nos duelen como Iglesia perseguida en los
últimos meses.
El
primero de ellos refiere a la profanación de lugares de culto al Dios que
adoramos y al Señor que reconocen la Constitución Nacional y nuestra
Constitución Provincial.
El
segundo habla de la falta de respeto hacia ustedes, queridos hijos, cuando se interrumpieron
celebraciones litúrgicas o se ensuciaron iglesias de manera deliberada,
violentando nuestra libertad religiosa y el debido derecho de culto.
Finalmente,
llama la atención la intransigente medida que pretende que la referencia a Dios
y a Nuestra Madre del Valle sea sacada del ámbito público y de la vida de la
sociedad.
Como
pueblo catamarqueño que vive una profunda religiosidad popular y un entrañable
amor a María, la Reina del Valle, desde hace ya casi 400 años, los invito a
orar junto con sus familias para que nadie pretenda expulsar a la Madre
Morenita y a su Hijo Jesús de nuestros corazones y de cada rincón donde Ellos
se erigieron en custodios de nuestra cultura.
Que
el Señor de la Vida y de la Historia los bendiga.
¡Paz
y Bien!
Mons.
Luis Urbanc
8°
Obispo de Catamarca
Domingo
9 de junio de 2019