La
Virgen fue recibida con júbilo por
los vecinos del sector norte
El jueves 23 de abril, fue el
quinto día del recorrido de la Virgen del Valle por barrios de Capital, en el
marco del Septenario por los 129 años de su Coronación Pontificia, el Año
Jubilar Diocesano y el Año Mariano Nacional dispuesto con ocasión de los 400
años de amor maternal en tierras catamarqueñas.
Como cada mañana, partió
desde la Catedral Basílica y Santuario Mariano junto con el Obispo Diocesano,
Mons. Luis Urbanc, y la escolta de agentes de la Policía
Provincial y Municipal.
Los vecinos del casco
céntrico se sorprendieron al verla pasar frente a sus lugares de residencia, y
la saludaron emocionados desde las puertas y balcones. Mientras transitaba por
el microcentro, pasó por la Manzana Franciscana, donde se encuentra ubicado el
convento donde se formó el Venerable Fray Mamerto Esquiú, fraile catamarqueño
que hoy camina hacia los altares. También la comunidad de San Antonio de Padua
la homenajeó frente al templo parroquial.
A medida que avanzaba la
marcha, la sirena anunciaba la esperada llegada de la Madre del Valle a los
barrios del Norte de la ciudad capital, donde recibió las incesantes expresiones
de amor de sus hijos. Muchos de ellos llevaban en sus brazos las imágenes que
veneran en sus casas y los mantitos de la Virgen confeccionados con diversos
materiales para recibir su bendición.
Se apostaron en las veredas
de Maipú Norte, Av. Los Terebintos, Mons. Sueldo, San Juan Bautista, y Choya,
donde se
observaban globos, banderas y carteles con mensajes de agradecimiento.
Continuó su marcha por los
barrios Parque América, Altos de Choya y Eva Perón, donde los devotos prepararon
altares en las puertas de las viviendas, postrándose con gran emoción y
devoción, ante el paso de la Madre del Valle. Estos gestos se repitieron a lo
largo del camino de regreso al Santuario por las avenidas Los Legisladores,
Belgrano y Alem.
Se ruega encarecidamente a
los vecinos, que permanezcan en sus casas o en las veredas, manteniendo la
distancia y el uso del barbijo dispuesto por las autoridades sanitarias, para
que nos cuidemos entre todos.