Lágrimas
de emoción y gratitud en
la visita de la Virgen Peregrina
Transportada por el Obispo
Diocesano recorrió barrios del sur de la ciudad Capital.
En la soleada mañana del
domingo 19 de abril, la Virgen del Valle salió al encuentro de sus hijos de los
barrios del Sur de la ciudad Capital, en la primera jornada de visitas que se
realizan para celebrar el Septenario en su honor desde los hogares.
A las 11.00, partió desde su
Santuario en la urna que la resguarda, llevada por el Obispo Diocesano, Mons.
Luis Urbanc, en un móvil escoltado por agentes de la Policía de la Provincia
motorizados y de la Guardia Urbana de la Municipalidad.
Al verla pasar por las
calles de su sector, los vecinos la saludaban echando a vuelo sus pañuelos,
mientras sus rostros se cubrían de lágrimas de emoción y gratitud porque los
visitaba, ya que ellos no pueden ir hasta su Santuario en razón del aislamiento
social dispuesto por las autoridades sanitarias.
Aplausos, vivas y otras formas
de expresión exteriorizaban su inmensa alegría, porque la Reina de este valle
iba a su encuentro.
Las viviendas fueron adornadas
con banderas, globos, guirnaldas y carteles con mensajes de agradecimiento por
su protección en estos tiempos marcados por la pandemia. Muchos confeccionaron
pequeños mantos de la Virgen, que colocaron en las puertas y ventanas para que
fueran bendecidos a su paso. No faltaron las flores y los papelitos de colores
que
Mientras Ella caminaba entre
las viviendas de sus amados hijos, seguía palpitándose ese gozo indecible por
la presencia de la Madre que los protege y los acaricia. “Saluden a la Madre
desde sus hogares! Saquen sus pañuelos y banderas”, es escuchaba desde el
altavoz. “No salgan a la calle. Ella los ve y los bendice, los protege y los
alienta en estos momentos difíciles para la humanidad!”, era la consigna que se
escuchaba mientras avanzaba su venerada Imagen.
Rezos y cantos fueron
elevándose al cielo para agradecer tanto amor en el Domingo de la Misericordia.
“María, Madre del Pueblo,
Esperanza Nuestra, cúbrenos con tu manto, anímanos en los desalientos, cólmanos
de tu alegría y esperanza, necesitamos seguir caminando!”, oraban desde sus
casas, los hijos devotos de la Virgen del Valle. “Danos tu mano para hacerlo
juntos. Ayúdanos a cuidarnos entre todos. Intercede ante tu Hijo para vernos
libres de todo mal!”, decían también.
U
n emotivo momento se vivió
cuando la Madre Morena transitó por los talleres de la empresa de transporte 25
de Agosto, donde los choferes de colectivos de la línea 108 solicitaron
autorización al Obispo y a los policías para acompañar el recorrido por Valle
Chico. Sin pasajeros y a modo de homenaje, los vehículos se sumaron a la
improvisada caravana de vehículos policiales y motociclistas particulares que
con sus bocinas saludaban a la Reina y Señora de este valle y anunciaban su
paso.
Alrededor de las 14.00, la
Madre Peregrina regresó a su Santuario, después de haber bendecido a sus hijos
que quedaron llenos de paz y regocijo.