“Qué noble y ardua tarea tienen los esposos y padres cristianos”
En el último día del Septenario en honor de la Virgen
del Valle, rindieron su homenaje las familias, quienes desde sus hogares a
través de los medios de comunicación, youtube y las redes sociales, vivieron
esta jornada de júbilo en torno a la Madre Morenita.
La Eucaristía fue presidida por el Obispo Diocesano,
Mons. Luis Urbanc, y concelebrada por el Vicario General de la Diócesis, Pbro.
Julio Quiroga del Pino; y los Pbros. Eduardo López Márquez, Delegado de la
Pastoral Familiar; Marcelo Amaya, Asesor Diocesano del Movimiento Familiar
Cristiano; Oscar Tapia, Delegado Episcopal de la Animación Bíblica de la
Pastoral; Juan Orquera, Capellán de la Catedral Basílica y Santuario Mariano; Javier
Grosso y Javier Lencina, Párroco y Vicario Parroquial de San Jorge.
Después de dar la bienvenida a las familias y a la
Pastoral Familiar, alumbrantes de esta misa, y de recordar que en este día se
celebra a la Madre de Dios en su advocación del Valle, Mons. Urbanč señaló en
su homilía: “Hemos querido que se medite en esta jornada el tema que tenía que
ser desarrollado en el suspendido IV
Congreso Mariano Nacional: ‘María, Madre
del Pueblo, Esperanza Nuestra’, que, por cierto nos seguirá orientando a lo
largo de este Año Mariano Nacional y, sin lugar a dudas, a lo largo de una
década hasta el 2030, para celebrar los 400 años de la llegada y permanencia de
la Virgen Inmaculada a la vera del río Luján”.
Siguiendo con el tema propuesto para la jornada, habló
de los roles de la Santísima Virgen como esposa y madre. Lamentó entonces el
subjetivismo, individualismo y
relativismo egoísta, que degrada esos roles en
una“pandemia que está minando la ecología humana, desnaturalizando y
empobreciendo las relaciones entre varón y mujer, quienes van quedando
reducidos a meros entes necesitados de satisfacer pulsiones y directivas del
orden mundial consumista”, analizó en relación a la realidad actual.
Después agregó: “¡Qué noble y ardua tarea tienen
nuestros esposos y padres cristianos para diagnosticar los problemas con sus
múltiples y complejas causales, a fin de prestar un servicio de calidad a sus
pares que andan erráticos por la vida, privándose de vivirla con profundo gozo
y verdadera libertad, que les haga gustar la felicidad auténtica que sólo
vienen de Dios, a vivir el amor humano en esta inseparable y plenificante
dimensión de esposos-padres!”.
Como en las noches anteriores, finalizó su homilía
elevando una plegaria. “Querida Madre y Reina del Valle de Catamarca, hoy es tu
día, que lo estamos festejando todos tus hijos a lo ancho y largo de nuestra
patria. Gracias por haber forjado entre tantos hijos la figura del querido fray
Mamerto Esquiú, que seguro lo tienes muy cerca allí en el cielo y con el que
estarás conversando de todo lo que acontece aquí en la tierra. Te pido,
encarecidamente, que
‘arranques’ del corazón de Dios las innumerables gracias que necesitan tantos
hermanos afligidos por causa de la pandemia, pero, en especial, para los que no
ven aún la belleza del amor conyugal, vivido a la luz del sacramento del
matrimonio. Concede tener tus mismas convicciones a tantos y tantas que
deambulan por la vida sin sentido.Gracias Madre porque siempre nos escuchas sin
dejar de mirarnos con ternura de Madre y paciencia divina. Gracias por estar
siempre con nosotros” y cerró implorando: “Virgen del Valle, Madre de la
Familias, ¡ruega por nosotros!”.
En el último acto litúrgico de este día especial, se
rezó la Oración del Año Mariano Nacional y se cantó a la Reina y Señora de este
Valle.
Como cada noche, se compartieron videos de los
alumbrantes, en este caso, el Movimiento Familiar Cristiano (MFC) y de la Orden
Franciscana Seglar Argentina.
A continuación se realizó el Rosario por la Patria y
la Vida.