Este jueves 26 de septiembre, la Unión Eucarística Reparadora (UNER) cumple su 16º aniversario en Catamarca, y lo celebra con la Adoración Eucarística a las 17.00 y la celebración de la Santa Misa de acción de gracias a las 18.00, en la Catedral Basílica y Santuario de la Virgen del Valle.
¿Qué
es la UNER?
La Unión Eucarística
Reparadora (UNER) es una obra eclesial de espiritualidad y apostolado
eucarístico, abierta a todo fiel cristiano, e insertada en la pastoral
parroquial y diocesana.
Su fundador es San Manuel González García, el “Obispo del Sagrario Abandonado”, como él mismo quiso llamarse. Su lema dice “A mayor abandono de los demás, más compañía propia”. Su grito de guerra es “Aunque todos te abandonen … yo, no”. Su anhelo incesante es dar y buscar organizada y permanentemente, al Corazón de Jesús Sacramentado, reparación de su abandono (exterior e interior) en sus manifestaciones de Misa, Comunión y Presencia permanente, por la compañía, compasión, imitación y confianza.
Organización
En la Familia Eucarística, con
un solo corazón y una sola alma, todos los cristianos pueden tener su lugar
junto a Cristo Eucaristía, según las distintas formas de vida de la Iglesia.
La UNER está dividida en
distintas ramas y secciones:
Laicos: Adultos: Marías del Sagrario (mujeres);
Discípulos de San Juan (hombres); Jóvenes:
Juventud Eucarística Reparadora (JER); y Niños:
Reparación Infantil Eucarística (RIE).
Consagrados: Instituto Secular: Misioneras
Eucarísticas Seglares de Nazaret (MESN); Congregación
Religiosa: Misioneras Eucarísticas de Nazaret (MEN); y Misioneros Eucarísticos Diocesanos, sacerdotes seculares.
Cada rama y sección se rige por sus propios estatutos aprobados por la Santa Sede, estando entre ellos organizados de forma coordinada y subordinada para la mayor eficacia de la vivencia e irradiación del ideal eucarístico reparador.
Fines
Como la Iglesia y con la
Iglesia, el fin general de la UNER es la gloria de Dios y la santificación de
sus miembros por la vivencia del Sacrificio Eucarístico, “fuente y cima de toda
vida cristiana” (L.G. 11).
El fin específico es dar y
buscar, organizada y permanentemente, al Corazón de Jesús reparación, en unión
con María Inmaculada.
Este fin le exige una intensa
formación pues es así que cada miembro podrá llegar a vivir plenamente el ideal
que la Iglesia le encomienda.
Imagen: facebook Prensa Iglesia Catamarca / @DiocesisCat