“Quiera el Señor y la Madre del Valle que logren operar cambios profundos en sus mentes y corazones, particularmente motivados en el día de las exequias del Papa Francisco, quien no escatimó precisiones sobre la tarea del auténtico comunicador social”, dijo el Obispo en su homilía.
Durante la lluviosa tarde del
sábado 26 de abril, en el inicio de las festividades marianas, los Comunicadores
Sociales de Catamarca, tanto de Capital como algunos que llegaron del interior
diocesano, celebraron su Jubileo en este año de gracia y conversión propuesto
por nuestro querido Papa Francisco, quien recibió el último adiós en horas de
la mañana y estuvo presente en esta Eucaristía de manera especial.
Después de la Bajada de la
imagen de Nuestra Madre del Valle, las actividades de esta jornada especial se
concentraron en el convento franciscano, donde el historiador Mario Vera
ofreció una amena charla sobre “El Beato Esquiú y la vigencia de su legado como
comunicador”, destacando la faceta de periodista, profesión que desempeñó primero
en su tierra natal y luego en Bolivia, dejando una huella que aún permanece
vigente en nuestros días.
Concluido este espacio de reflexión
en torno a figura del Beato Esquiú, bajo la copiosa lluvia que caía en la noche
sabatina, los peregrinos junto con el padre Marcelo Amaya, asesor de la
Pastoral de Comunicación Social, comenzaron su caminar por calle Esquiú,
Rivadavia y República, llevando antorchas y carteles alusivos, entre los que se
observaba una imagen del Papa Francisco con una cinta de luto, como signo de
este momento de tristeza por su partida, pero con la esperanza cristiana que
nos anima particularmente en este tiempo pascual.
Así, rezando y cantando atravesaron
la Puerta Santa del Año Jubilar en el Santuario de la Virgen del Valle y
Catedral Basílica, donde participaron de la Santa Misa, presidida por el obispo
diocesano, Mons. Luis Urbanč, y concelebrada por el rector del Santuario
Catedral, P. Juan Ramón Cabrera; el responsable de la Pastoral de Comunicación
Social, P. Marcelo Amaya, entre otros sacerdotes.
Durante la Santa Misa, los Comunicadores
participaron guiando la ceremonia litúrgica, proclamando la Palabra de Dios, elevando
las peticiones y acercando al altar las ofrendas del pan y del vino.
“Debemos
recuperar la escuela del ejemplo en el hogar”
En el inicio de su homilía,
nuestro Obispo, quien a pesar de la indisposición que sufrió durante la Bajada
de la Virgen quiso celebrar esta Eucaristía, expresó: “Sé que han estado hoy,
en la Iglesia de San Francisco, reflexionando sobre el rol, la misión del
comunicador a la luz de la figura de Esquiú, que ha sido también un gran
comunicador”.
Y confió que “ciertamente, no
me encuentro bien, estoy haciendo un esfuerzo sobrehumano para estar acá, estoy
débil, pero, lo he dicho en la Bajada de la Virgen, que me he emocionado, lo
hago en honor a mis padres, porque me han educado en la escuela del ejemplo.
Dios siempre está primero. He visto a mi madre y a mi padre levantarse de la
cama, he íbamos a Misa, porque ellos tenían una misión con nosotros, con
Francisco y conmigo. Y hoy digo, tengo la oportunidad de hacerlo. Me
recomendaron que no viniera, pero son los ejemplos, como el Papa Francisco con
muchos de sus gestos nos enseñó, y esa escuela es la que debemos recuperar, la
escuela del ejemplo en el hogar”.
Destacó la importancia del
hogar como “lugar de cariño, de ternura, de diálogo, de esa paciencia para ir
haciendo procesos con los hijos. Por eso estoy acá, para decirles que si
quieren recibir gracias de Dios tienen que trabajarlas. Mis padres la han
trabajado desde que fui bautizado, por lo menos hasta los diez años cuando fui
al Seminario Menor, siempre, todos los días, rezar el Rosario a Nuestra Madre del
Valle. Eso da fruto, mi hermano es sacerdote y yo también. Soy sacerdote,
porque Dios se ha metido en lo más profundo de mi ser. Por eso muchas veces
hablo con pasión, porque lo que está arraigado profundamente en tu vida no es
superficial, no es negociable. Por eso estoy aquí con ustedes”.
Estar
al servicio de la Verdad animada por la Caridad
Luego dio la bienvenida a los comunicadores
sociales de los distintos medios y dijo que “es importante destacar que hoy están
haciendo su peregrinación jubilar. Quiera el Señor y la Madre del Valle que
logren operar cambios profundos en sus mentes y corazones, particularmente
motivados en el día de las exequias del Papa Francisco, quien no escatimó
precisiones sobre la tarea del auténtico comunicador social: No está al
servicio de una corporación, sino de la Verdad, animada por la Caridad. No hay
ninguna Verdad que justifique una falta de Caridad, decía san Agustín”.
En otro tramo les pidió en
nombre de María del Valle que “indaguen sobre la Verdad con Caridad, sabiendo
que las cosas del interior del ser humano no son medibles cuantitativamente,
sino que exceden la mera apariencia. Que, aunque no sean creyentes, transmitan
el mensaje de Jesucristo por honestidad profesional, porque la religión
cristiana marca los tiempos del mundo desde el nacimiento de Jesús, misterio
que estamos celebrando en este Año Jubilar 2025”.
Y continuó: “Jesús es el
Príncipe de la Paz, por esto bregó el Papa Francisco. En el Evangelio que
escuchamos, Jesús inaugura el saludo ‘La paz esté con ustedes’ y es el que se
utiliza en la Liturgia. Sólo asumiendo los valores enseñados y vividos por
Jesucristo, como la fraternidad, la amistad social, el respeto por la dignidad
del otro, el servicio, el amor verdadero por el más necesitado, el perdón
ofrecido sin vueltas y el diálogo respetuoso, será posible un mundo inclusivo,
próspero y en paz”.
Luego de reflexionar sobre los
textos bíblicos proclamados, rogó: “Tú, Madre Santísima, ayúdanos a ser auténticos
creyentes y testigos de Jesucristo Resucitado”.
Luego de la bendición final,
nuestro Obispo junto con toda la asamblea saludaron a la Madre Morena con el
canto.
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Fotos: facebook Prensa Iglesia Catamarca / @DiocesisCat