“Te suplico, Madre, que este Año Jubilar sea un verdadero tiempo de Gracia y Renovación Espiritual, de manera que todos nos sepamos Peregrinos de la Esperanza”, expresó el Obispo con emoción.
Cuando aún permanece vivo en
nuestros corazones el último adiós al querido Papa Francisco, en Roma y seguido
en cada rincón de nuestra Patria y del mundo entero, durante la tarde del
sábado 26 de abril se realizó la tradicional Bajada de la Sagrada Imagen de la
Virgen del Valle desde el Camarín hasta el Presbiterio, dando inicio a las
fiestas marianas.
La Imagen cuatro veces
centenaria descendió en brazos del flamante rector del Santuario Catedral,
Pbro. Juan Ramón Cabrera, acompañado por sacerdotes de la diócesis, luego la
puso en los brazos del obispo diocesano, Mons. Luis Urbanč, quien la presentó a
la gran cantidad de fieles devotos que desbordaron el templo catedralicio para
participar de esta tradicional ceremonia.
Participaron el gobernador,
Lic. Raúl Jalil, acompañado por su esposa, la diputada nacional Dra. Silvana
Ginocchio; el vicegobernador, Ing. Rubén Dusso; el intendente de San Fernando
del Valle de Catamarca, Dr. Gustavo Saadi; autoridades legislativas, de las
fuerzas de Seguridad, entre otras.
En un clima especial por la
despedida del querido Santo Padre Francisco, los fieles manifestaron su fe y
amor incondicional a la Madre Morena, también lo hicieron a través de la
transmisión en vivo por las redes sociales de la Catedral y del Obispado, y de los
medios de comunicación.
Con profunda devoción rezaron el
Santo Rosario, que estuvo a cargo de miembros de la Pastoral de la Salud, Pastoral
Carcelaria, Pastoral Familiar, Cáritas y Jóvenes servidores.
Luego de la proclamación de la
Palabra de Dios, se escuchó el mensaje de Mons. Luis Urbanč, quien a pesar de
una indisposición quiso estar junto al pueblo a él confiado, que celebra a su
Madre Santísima.
Con mucha emoción confió que se
sentía “desganado, débil, pero he
aprendido de mis padres, de mi papá y de mi mamá, yo la he visto a mi madre
levantarse de la cama e ir a Misa, siempre, y muchas veces estaba enferma.
Entonces dije: ‘Hoy tengo la oportunidad de venir’, así que estoy con ustedes”.
Mientras leía su alocución
tuvo una descompostura, pero con esfuerzo manifestó: “Querida Madre del Valle, una vez más nos congregamos para este rito de
bajar tu sagrada imagen al presbiterio de nuestra Iglesia Catedral.
Ciertamente
he llegado a la conclusión en estos largos años que esta celebración no es una
mera repetición de algo muy conocido, sino que tus hijos e hijas lo viven con
mucha fe, cariño, ilusión y amor. Como si fuera la primera y última vez. Qué
alegría debes sentir, Tú, Madre. Es realmente un testimonio de piedad popular y
de confianza ilimitada a Ti, nuestra Madre Celestial, Madre de los peregrinos,
de los atribulados, de los sufrientes, de los moribundos, de las madres y
padres, de los niños, pero lamentablemente, no de la inmensa cantidad de
jóvenes que constituyen nuestros colegios, barrios, clubes, etc. Por eso te
pido que te inmiscuyas en esta área de los jóvenes, que constituye la Esperanza
de la Humanidad. Que a ejemplo del joven apóstol Juan, estén dispuestos a
acogerte en sus vidas, que realmente te sientan Madre, Hermana, Amiga y
Confidente.
Madre
amada, ayuda a los adultos que batallan, día a día, en las fábricas, en el
campo, en las instituciones educativas, en las empresas, en los hospitales, en
la política, la economía, los sindicatos, en la seguridad, la justicia, en la
trasmisión de la Fe, etc.
Cuida
a nuestros enfermos y ancianos. Que experimenten mucho amor de sus familiares y
de la sociedad toda.
Acompaña
a los millones de migrantes y desplazados por el hambre, las guerras, la falta
de trabajo digno y la ausencia de posibilidades para vivir dignamente, formar
una familia y cumplir sus sueños.
Te
suplico, Madre, que este Año Jubilar sea un verdadero tiempo de Gracia y
Renovación Espiritual, de manera que todos nos sepamos Peregrinos de la
Esperanza, ya que ponemos toda nuestra confianza en Jesús, tu Hijo Amado. Amén”.
Jubileo
de los Comunicadores
A las 20.00, se celebrará la
Santa Misa de homenaje de los comunicadores sociales, quienes desde las 19.00
participan de las actividades por el Jubileo de este ámbito de la sociedad, con
la reflexión del historiador Mario Vera sobre el “El Beato Esquiú y la vigencia
de su legado como comunicador”, en el convento franciscano. Desde allí, a las
19.20, partirán en peregrinación hasta la Catedral, donde todos juntos
atravesarán la Puerta Santa de este Año Jubilar, para recibir la gracia de la
indulgencia plenaria.
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