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29 abril 2025

El ámbito de la Salud honró a la Virgen y fueron bendecidas ambulancias

“Que la Virgen María, una especie de médica especialista en curar heridas, interceda por nuestros profesionales de la salud, que dedican y dan su vida para el cuidado y la atención de los enfermos”, rogó el padre Bustamante.

 

Durante la noche del lunes 28 de abril, segundo día del Septenario en honor de Nuestra Señora del Valle, rindieron su homenaje el Ministerio de Salud: autoridades y empleados; Salud pública y privada: Sanatorios, Hospitales, Maternidad, Círculo Médico, Colegio de Profesionales en Psicomotricidad de Catamarca, Colegio Profesional de Enfermería, Farmacéuticos, Odontólogos, Kinesiólogos, Anestesistas, Psicólogos, Bioquímicos, SAME, ECA y EMICA, OSEP, Geriátricos, Liga de Lucha contra el Cáncer (Lalcec), Pastoral de la Salud, Pastoral de las Adicciones, ONG Corazón con Agujeritos y Soles.

La Santa Misa fue presidida por el Pbro. Alberto Bustamante, vicario general de la Diócesis de Villa María, Córdoba, y concelebrada por Pbros. Juan Ramón Cabrera y Ramón Carabajal, rector y capellán del Santuario Catedral, respectivamente; y fray Jorge Luis Lezcano, sacerdote franciscano.

Participaron la ministra de Salud, Dra. Johana Carrizo; la secretaria de Planificación y Gestión en Salud, Dra. Daniela Ayala; la directora del Hospital de Niños, Dra. Graciela Romero; el director de la OSEP, CPN Leopoldo Marchetti; la subsecretaria de Salud de la Municipalidad de la Capital, Dra. Ana Fernanda Lagoria, entre otras autoridades del sector.

En el inicio de su homilía, el padre Bustamante agradeció la invitación para presidir algunas de las celebraciones del Septenario en honor de Nuestra Señora del Valle, “una devoción contagiada por mi papá a mi persona hace ya muchísimos años, desde mi niñez, que me llevó a celebrar la primera Misa después de ordenado, un 9 de diciembre de 1983, aquí, en el Camarín de la Virgen del Valle. Y desde esa época, excepto el tiempo de pandemia por las restricciones de ese momento, pude, por gracia de Dios, venir todos los años como peregrinos a darle una vueltita a la Virgen. Así que para mí es una alegría enorme, es la primera vez en mis 42 años de cura que puedo participar algún día de su Septenario”, comentó.

“Con mucho cariño, vamos a poner a todos aquellos que nos atienen, los que nos sirven, y a sus familias bajo el amparo, la protección de María”, dijo refiriéndose a quienes se desempeñan en el ámbito de la Salud.

 

La imagen del hospital de campaña del Papa Francisco

Luego reflexionó en torno a las palabras del Santo Padre Francisco tomadas de la primera entrevista que brindó al padre Antonio Spadaro, director de la revista de la Compañía de Jesús en Italia, La Civiltà Cattolica, a los pocos meses de haber sido elegido Papa en 2013.

Recordó que ante la pregunta “¿con qué imagen le parecía a él que se podía caracterizar la misión que la Iglesia tenía en este tiempo, en este siglo, en este nuevo milenio? Francisco utilizó una imagen conocida cuando le dice que estaba llamada a ser un gran hospital de campaña, y su misión es, y lo repite tres veces, curar heridas, curar heridas, curar heridas. Y dice que utiliza esta imagen del hospital de campaña porque a diferencia del hospital ya plantado en un lugar es móvil, se mueve, peregrina, camina entre la gente, se acerca; el hospital de campaña va a dónde está la gente. No espera sólo que la gente venga a donde está plantado, sino que va hacia donde está la gente herida. Y dice que los hospitales de campaña están después de donde termina el asfalto, es decir, no está en el centro sino en las periferias. Y llegan como en una batalla, los desangrados, los mutilados, y no se les pregunta, dice el Papa, cómo anda del ácido úrico, qué tal el colesterol, los triglicéridos; a esa persona lo primero que se le hace es pararle la hemorragia, atender su herida. Después, cuando se recomponga, habrá tiempo para hilar más fino en otras variables de su salud”.

En este sentido manifestó que “la Iglesia en este tiempo está llamada a eso, a atender a las personas heridas, heridas existenciales, heridas por su falta del sentido de la vida, herida por su marginación, herida por su pobreza. Y a esas personas no les podemos preguntar si va a Misa todos los domingos o está casada por la Iglesia. Primero atendamos al herido, recibimos a todos, acogemos a todos, con la actitud de Jesús. Su persona es un gran hospital de campaña, porque Jesús camina, cuando camina encuentra; cuando encuentra, habla; cuando habla, toca; cuando toca, cura; cuando cura, salva”.

 

Un hospital viviente

“Y va a continuar Francisco diciendo que, por lo tanto, la Iglesia está llamada también a ser un hospital viviente, a reapropiarse de los verbos, que el Verbo hecho carne, Jesucristo, utilizó para salvarnos, para rescatarnos. Y dice el Papa, una especie de gramática evangelizadora. Por lo tanto, lo que tendríamos que hacer, y le pedimos esa gracia a la Virgen, es recorrer las páginas del Evangelio, ver cuáles son los verbos que Jesús se apropia, para reapropiarnos de esos verbos y hacerlos carne, vida, palabra, gesto en nosotros. Si uno recorre las páginas del Evangelio, hay verbos como para hacer dulce, porque Jesús salió, caminó, encontró, tocó, miró, se cansó, lloró, se conmovió, se entregó, y nosotros tendríamos que incorporar los verbos de Jesucristo en nuestras vidas, para poder curar, curar y curar”, afirmó.

Y continuó reflexionando que “sin lugar a dudas, el complejo mundo de la salud humana con todas las dimensiones que abarca se focaliza en la persona. Los médicos, enfermeros, todo personal de salud, son aquellos que se encuentran, que tocan, que curan, que se cansan, que descubren que nunca tratan una enfermedad, porque la enfermedad en abstracto no existe, existe la persona enferma”.

 

Reflexión del Papa Francisco

Luego compartió “una bella reflexión de Francisco sobre lo que uno encuentra en los hospitales, en homenaje a nuestro querido Papa, que dice así: ‘Las paredes de los hospitales han escuchado más oraciones sinceras que muchas iglesias, han visto besos más sinceros que los de los aeropuertos. Es en el hospital donde se ve a un homófobo siendo salvado por un médico gay; es en los hospitales donde un médico de clase alta salva la vida de un mendigo, donde en terapia intensiva, un judío médico cuida de un paciente racista; es en los hospitales donde miles de esposos se perdonan mutuamente con la esperanza de una curación total. En los hospitales, un policía y un prisionero comparten la misma habitación y reciben las mismas atenciones. Es en estos momentos cuando el hospital toca las heridas de las personas, es en el hospital donde un paciente rico espera el trasplante de hígado de un donante pobre. Es ahí donde se curan las heridas, donde los universos se cruzan con un propósito divino. Y en esta comunión de destino, nos damos cuenta de que solos no somos nada… El hospital es un lugar donde los seres humanos se quitan la máscara y se muestran como son, en su verdadera esencia’”.

 

Valorar estos ámbitos de humanización

“Que el Señor nos dé la gracia por intercesión de María de valorar estos ámbitos de la salud, que son ámbitos de humanización y donde, en definitiva, como bellamente lo decía el Papa, en los hospitales ya no hay máscaras, esas máscaras que utilizamos en la cotidianeidad para disfrazar lo que no somos, para aparentar más de lo que somos, para pretender ser reconocidos., para ubicarnos en lugares de privilegio. En los hospitales sólo hay rostros con sus heridas a cuesta”, señaló.

Y rogó “que la Virgen María, una especie de médica especialista en curar heridas, por eso peregrinamos aquí, a su Santuario, adonde venimos con nuestras llagas para que ella las toque, interceda por nosotros, que nos ayude a aprovechar estos días del Septenario, y de un modo muy particular por nuestros profesionales de la salud, que dedican y dan su vida para el cuidado y la atención de los enfermos y sus familias”.

Luego de la oración en común, los alumbrantes acercaron al altar elementos necesarios para la atención de los hermanos peregrinos, y las ofrendas del pan y del vino.

Antes de la bendición final, le cantaron a la Reina del Valle.

Una vez concluida la celebración eucarística, fueron bendecidos los móviles sanitarios que sirven para el traslado de los pacientes, apostados en el Paseo de la Fe.

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#VirgenDelValleCatamarca

Fotos: facebook Prensa Iglesia Catamarca / @DiocesisCat