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03 mayo 2025

Homenaje de los jóvenes y de la Pastoral Vocacional con presencia regional

“En María descubrimos a la que fue capaz de compartir, de poner su vida al servicio de la humanidad”, dijo Mons. Ferrari, obispo auxiliar de Tucumán.

 

Durante la noche del viernes 2 de mayo, sexto día del Septenario en honor de Nuestra Madre del Valle, rindieron su homenaje los jóvenes y la Pastoral Vocacional, con la presencia de representantes del NOA, quienes se encuentran participando de un encuentro en nuestra ciudad capital.

La Santa Misa fue presidida por Mons. Roberto Ferrari, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Tucumán y referente de la Pastoral Vocacional en la Región, y concelebrada por sacerdotes de nuestra diócesis, entre ellos el rector del Santuario Catedral, padre Juan Ramón Cabrera, y el padre Diego Manzaraz, responsable diocesano de la Pastoral Vocacional, y otros presbíteros visitantes.

Los alumbrantes celebraron esta Eucaristía a los pies de la Madre Morena en un clima de mucha alegría, exhibiendo carteles y pancartas identificatorias, y participando en los distintos momentos de la Liturgia.  

En su homilía, Mons. Ferrari comentó: “Aquí estamos representantes de todas las diócesis del Noroeste haciendo un encuentro vocacional, y la tenemos a Nuestra Madre del Valle como la Patrona de todo nuestro NOA. Qué hermoso que podamos estar aquí como región a los pies de la Madre, pidiendo, rezando por las vocaciones”.

También le dio la bienvenida a los peregrinos y a los catamarqueños, expresando: “Qué lindo que celebremos a la Madre con todos estos peregrinos que nos visitan, cada uno con sus cosas en el corazón que vienen a pedirle a la Madre del Valle”.

“Hoy -continuó- hay una intención muy especial, porque es el día en que los jóvenes le rinden su homenaje a la Virgen. Por eso en esta Misa están jóvenes de la Pastoral Juvenil en sus distintas áreas de Catamarca, la Pastoral Educativa, los colegios, hay alumnos, docentes, directivos, no docentes, familias de alumnos; y estamos los que representamos a la Pastoral Vocacional del NOA, que trabajamos por las vocaciones a la vida matrimonial, a la vida religiosa, a la vida laical, a la vida sacerdotal. Todo eso encierra nuestra tarea vocacional”.

Luego reflexionó en torno al Evangelio referido a la multiplicación de los panes, manifestando que “para marcar estas intenciones, tenemos que partir del Evangelio de hoy, y quisiera detenerme un poquito al comienzo cuando se preguntan qué vamos a hacer con tanta gente y aparece un niño que tiene cinco panes y dos pescados. Me gustaría imaginarme que era un niño grandecito, tal vez un adolescente. Quisiera preguntarme qué buscaba ese niño, qué habrá ido a hacer allí, qué necesidad habrá tenido... Habrá escuchado de Jesús y lo quería conocer. Vaya a saber lo que tenía en el corazón este niño, lo cierto es que la mamá, por las dudas tenga hambre, le habrá puesto en una bolsita cinco panes y dos pescados”.

Siguiendo con la línea de su reflexión señaló que “en la multitud”, los discípulos “decían: ‘El Maestro necesita comida para toda la gente’. Y habrá dicho: ‘Ésta es mi oportunidad, a lo mejor termino comiendo yo solo con Él, le abro el corazón’; fue y se ofreció. Y Jesús, con eso pequeñito de este niño hace este milagro maravilloso, enorme. Puso algo que tenía para él y lo compartió”.

Luego apuntó que “nosotros también en este día traemos algo para presentarle a la Madre, para pedirle que interceda ante Jesús… como este joven que salió de su casa porque había algo que Jesús le iba a solucionar, le iba a responder con sus palabras. Entonces, lo primero es que hagamos presente en la memoria, en el corazón, eso que traemos en esta noche; eso que tenemos en el corazón, estos son mis cinco panes y mis dos pescados, estos son mis talentos, mis dones, ésta es la preocupación que tengo. Lo tengamos muy presente en la Misa para que Jesús lo transforme, para que haga el milagro, para que lo multiplique”.

 

La misión de María

Más adelante se refirió a la Virgen María, expresando: “Ustedes saben que una vez a una chica le pasó algo parecido; una chica que andaba con todos sus proyectos de felicidad, de familia, de noviazgo, y un día descubrió que Dios le pedía otra cosa. La Virgen es esa jovencita a quien Dios le dice que la necesitaba para algo grande y, al igual que el niño del Evangelio, si bien no andaba con los cinco panes y los dos pecados, le dijo: ‘Aquí estoy. Yo soy la servidora del Señor’”.

Entonces se preguntó: “¿Qué tiene María de grande? Tiene su vida, una vida que pensaba para otra cosa y se la ofrece al Señor. Y así como con los cinco panes y los dos pecados, Jesús hace este milagro de dar de comer a tanta gente, con el corazón abierto de María, con su vida disponible y entregada, Dios nos regala a Jesucristo, al Hijo de Dios, a nuestro Salvador, mucho más de lo que ella tenía en sus planes. Por eso en María también descubrimos a la que fue capaz de compartir, de poner su vida al servicio de la humanidad y de darla como este joven o este niño del Evangelio de hoy”.

Asimismo, resaltó que “después de que el ángel le anuncia que iba a ser la Madre del Hijo de Dios, se pone en camino, y poniéndose en camino empieza a darle, con quien lleva adentro, sentido a su vida. Qué hermoso para todos nosotros, para todos los jóvenes, empezar con Jesús adentro, ponernos en camino y darle sentido a nuestra vida, lo primero. Lo segundo, María se pone al servicio de Isabel, porque ya estaba a punto de dar a luz; y poniéndose al servicio de Isabel transforma la realidad dura que ella estaba viviendo, la transforma en servicio. Y lo tercero, María, descubriendo que todo lo que le está pasando viene de Dios, canta de alegría, su corazón estalla de alegría”.

“Pensando en nuestros jóvenes, que a veces están desorientados, que no saben para dónde agarrar en la vida, le pidamos a la Madre que los ayude a abrir el corazón a Jesús, para ponerse en camino y dar sentido a sus vidas. Que en el servicio, cada uno en su lugar, pueda descubrir que puede cambiar este mundo, y ahí está nuestra esperanza”.

Hacia el final de su mensaje, rogó “que Nuestra Señora del Valle, quien encarnó siendo muy jovencita todo esto, nos conceda lo que anhelamos y hoy traemos de nuestras casas en el corazón”.

En el momento de las ofrendas, los jóvenes presentaron banderas representativas y las ofrendas del pan y del vino.

Antes de la bendición final, todos los presentes se consagraron a la Virgen del Valle y la alabaron con el canto.

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Fotos y video: facebook Prensa Iglesia Catamarca / @DiocesisCat