Camino a la Beatificación

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28 marzo 2019

Reflexión a 10 años del grupo de jóvenes parroquial en Recreo


El 25 de marzo de 2009, un grupo de jóvenes fue convocado por el Padre Gustavo Flores a formar parte de la celebración del Día del Niño por Nacer, necesitando de varias reuniones previas para lograr el objetivo. Sin darnos cuenta, detrás de todo esto, estaba Jesús diciéndonos: “Ven y sígueme”.
Pasaron 10 años donde en cada reunión, cada jornada y cada momento que pasamos juntos con nuestro Amigo Jesucristo nos ha hecho más fuertes y más maduros para afrontar las diversas pruebas encontradas durante este tiempo, y así poder entender que desde nuestra juventud también podemos evangelizar y llegar a más jóvenes de nuestra comunidad.
Sin embargo, no siempre fue fácil, pues como todo grupo, y en especial en un grupo de jóvenes, hemos tenido diferentes crisis. En ocasiones, no teníamos claro nuestra razón de ser, nuestro horizonte; nos encontramos en momentos con la pregunta: ¿Vale la pena seguir? Los cambios generacionales nos mostraban la realidad de que hemos sido hasta más de
cuarenta jóvenes y en otros momentos éramos sólo 5.
No es fácil la perseverancia en un grupo parroquial, ya que se sufre mucho los vaivenes en el camino, cambios de sacerdotes, de metodologías de trabajo, de chicos, de criterios, hasta de lugares y horarios de reuniones. Pero principalmente las emociones, ellas sí que entran en juego aquí, cada uno con su mochila y el otro tratando de ayudar, a veces era fácil, otras, no. Por éstas y muchas otras cuestiones difíciles, que con el paso de los años nos han ayudado a madurar y mirar hacia delante con actitud positiva, porque nada estaba perdido, menos un joven.

Y así llegamos a la primera década de nuestro querido grupo, que nos da a entender que toda esta gran iniciativa fue, es y siempre será voluntad del Señor, que todavía nos sigue llamando.
Estos años que han pasado nos han dejado una buena colección de recuerdos, de momentos alegres y otros en que nuestra amistad y apoyo fueron puestos a prueba. Pero ante todo, estos 10 años han sido para nosotros un camino, un camino que hemos
recorrido con el Señor y que ha dejado profundas huellas en nuestro ser. Todos hemos sentido cómo Dios nos ha ido transformando, cómo el grupo ha sido un llamado a la conversión de todos nosotros.
Es un año más con nuevos retos que sabemos que vamos a afrontar juntos y guiados por nuestro Padre Dios y nuestra Madre María.
En nuestros corazones están grabadas profundamente las palabras de la persona que fundó el grupo, el Padre Gustavo Flores, quien siempre decía: “Jesús, te seguiré, donde quieras iré. Gracias padre por haber sido el motivador de todo esto, estamos completamente agradecidos por tu testimonio de fe y amor a Dios.

A los que formaron parte, les decimos GRACIAS, porque cada uno dejó su huella y una enseñanza, GRACIAS por haber caminado junto a nosotros y dejarlo todo, siempre con el corazón, y de más está decir que las puertas del grupo y más que todo del corazón de Jesús siempre van a estar abiertas para ustedes.
A los que hoy forman parte un gigantesco GRACIAS, gracias por caminar todos juntos de la mano, tirando para el mismo lado, corrigiéndonos con caridad y cuidándonos. Sigan así que Dios siempre va a estar de su lado, en su corazón, no dejen de luchar jamás.

Agradecemos también a todos los sacerdotes, diáconos, seminaristas y coordinadores que pasaron por nuestro grupo dejando semillas para que a la larga den frutos, ahora a nuestro párroco, el Padre Domingo Chaves, con cuyo acompañamiento aprendemos cada día a madurar y profesar bien nuestra Fe.
Somos un grupo de jóvenes para jóvenes y lo que le pasa a los demás jóvenes de nuestra ciudad, también nos conmueve, nos interpela, nos compromete.
Desde nuestro pequeño espacio, desde nuestras limitaciones, queremos aportar a transformar la historia con Jesús.

Por eso, confirmamos en este momento nuestro compromiso de convocar a los jóvenes que más nos sea posible, de consolidar una propuesta interesante para que se sientan interpelados y parte de esta familia; que descubran junto con nosotros que con Jesús vale la pena caminar y vivir.
Rezamos por todos, cada uno fue muy importante para la vida de nuestro grupo.
JÓVENES MISIONEROS DE LA FE