Cáritas Diocesana Catamarca
trabaja activamente en la recolección y envío de la ayuda solidaria para los
hermanos damnificados por las inundaciones en el Este provincial.
Inmediatamente conocida esta
difícil situación, el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, dispuso que esta
institución eclesial coordine la labor solidaria destinada a los pobladores de
las localidades afectadas, especialmente Bañado de Ovanta, donde se encuentra
la sede parroquial de Santa Rosa, hoy convertida en uno de los centros de
evacuaciones.
El Pbro. Héctor Moreno,
Director de Cáritas Catamarca, comentó que operativamente “hay dos centros de
recolección: la sede diocesana de Cáritas, sito en Maipú N° 540, entre calles
República y Esquiú, de 8.00 a 12.30; y la parroquia de Jesús Niño, ubicada en
calle Zurita 1.150, esquina avenida Alem, de 17.00 a 21.00”.
“Los elementos que se
requieren son: agua, leche, pañales, alimentos no perecederos, elementos de
higiene personal y del hogar (lavandina, escobas, trapos de piso, jabón, etc.),
toallas, sábanas, frazadas y colchones. Por el momento, ropa no se necesita con
urgencia”, especificó el sacerdote.
Respecto del traslado de los
elementos recogidos, el P. Moreno dijo que “se realizará articulando con el ministerio
de Desarrollo Social, que le pidió a Cáritas que sea cabeza de la campaña
solidaria, y la Municipalidad de la Capital, a cuyos organismos se les solicitará
los móviles para llevar las cosas, que ya comenzaron a acercar a la sede
diocesana algunos particulares y el Rotary Club Catedral”.
También el Voluntariado
María Solidaria, de la Catedral Basílica de Nuestra Señora del Valle, se sumó a
esta acción solidaria enviando el martes 3 mercadería, ropa y calzado.
La delegada de Cáritas Los
Altos, departamento Santa Rosa, Herminia de Bravo, manifestó que en esa
localidad, “todo el pueblo está abocado a brindar las donaciones, que serán
enviadas a Bañado de Ovanta en vehículos que la misma gente ofrece
generosamente”.
La Sra. De Bravo resaltó las
dificultades para comunicarse por vía terrestre y el temor que hay en los
pobladores de la zona, quienes quedaron con traumas tras las inundaciones del
año pasado.
Mensaje
El Padre Moreno reflexionó
ante esta contingencia que le toca vivir a gran parte de los catamarqueños: “Estamos
viviendo la Cuaresma y la naturaleza nos impuso esta situación, que requiere de
los cristianos una respuesta. La Palabra de Dios durante estos días nos
instruye: ‘El ayuno que yo amo… es compartir tu pan con el hermano que lo
necesita’. Que esta práctica de la misericordia sea nuestra respuesta y el
mejor modo de vivir este tiempo cuaresmal, pues la caridad cubre la multitud de
nuestros pecados”.