“La Cuaresma nos invita a sanar los vínculos,
tratando de mirar en el otro al ser humano, al hermano que nos da Jesús”,
destacó el Arzobispo de Salta, Mons. Mario Cargnello, quien presidió la Santa
Misa.
Con la Eucaristía de la
primera jornada del encuentro que se lleva a cabo en la ciudad de San Fernando
del Valle de Catamarca, los Obispos del NOA
rindieron homenaje a la Virgen del Valle. Lo hicieron durante la Santa
Misa de las 21.00, que fue presidida por el Arzobispo Metropolitano de Salta,
Mons. Mario Cargnello, y concelebrada por los prelados visitantes, el Obispo Titular
de Catamarca, Mons. Luis Urbanc, y sacerdotes del clero catamarqueño.
Acompañaron en este tributo de
los Obispos del Noroeste Argentino a la Patrona de Catamarca, un buen número de
fieles que colmó la nave central y laterales del templo catedralicio.
Durante su homilía, Mons.
Cargnello se refirió al tiempo litúrgico que nos prepara para vivir la Pascua
de Resurrección, indicando que “si la Cuaresma es un camino por el desierto,
tiene como punto de llegada al Señor Jesucristo muerto y resucitado, el
Viviente, el que renueva nuestra vida y todas las cosas. Por eso avanzamos en
la medida en que a través de la oración, del sacrificio de la caridad,
podemos ponernos a tiro de sus ojos para
dejarnos mirar por El, para mirarlo a El, para madurar nuestra relación de
discípulos, de hijos, de amigos, de hermanos de Jesús e hijos del Padre Dios,
para crecer en el estilo de vida de Jesús, y poder ser un poco más cristianos”.
Sanar
las relaciones con el otro
Tomando las lecturas del
día, en especial la que relata la curación de un hombre muy importante de la antigua
comunidad que tenía letra y a través de la intervención del profeta Elías fue
curado, el Arzobispo de Salta reflexionó que “cuando nuestros vínculos están
impregnados de cálculos no arreglan la vida, no sacan de nosotros lo mejor, no
curan nuestra capacidad de vincularnos con los demás, entorpece nuestra
libertad”. Por ello, “la Cuaresma nos invita a que también nosotros repensemos
nuestros vínculos” y se preguntó “¿por qué elegimos un amigo? ¿Por qué
acompañamos o no acompañamos la vida de nuestra familia? ¿Por qué el cansancio
o
la monotonía van minando nuestras relaciones?”, a lo que respondió: “Porque
no sabemos descubrir lo profundo de las relaciones humanas, porque en el fondo
queremos usar al otro, porque nos cuesta mirar al ser humano, y buscamos en el
otro al que nos es útil, al cliente, aquel a quien le puedo sacar algo. Y eso
puede afectar aun la relación del matrimonio, de los padres con los hijos, de
los hijos con los padres, de los amigos, de los vecinos. Más en una sociedad
que todo lo mide por el dinero y por el aparecer. Y eso afecta todos nuestros
vínculos, los vínculos sociales, los vínculos políticos, culturales, hacia
dentro de la familia y hacia fuera de la familia. Y esos vínculos son los que
debemos sanar, y la Cuaresma nos invita a hacerlo, tratando de mirar en el otro
al ser humano, al hermano que nos da Jesús, que nos da el Padre Dios”.
“Pidámosle a Dios la gracia
de poder darnos cuenta con quiénes, quizás en el seno mismo del hogar, estamos
empezando a tener un vínculo no sano, porque en el fondo disimulo, detrás de lo
protocolar, la falta de una relación sana, libre, humana, manchada por mi
egoísmo, por mi afán de dominar a los demás. Que el Señor nos conceda ser muy honestos
en esto y dar un paso adelante, porque si no nos puede pasar como a los
paisanos de Jesús, que cuando Jesús los enfrenta con la posibilidad de recibirlo
a El lo quieren despeñar”, enfatizó.
Luego de la liturgia
eucarística y la bendición final, los Obispos tributaron su amor y devoción a
la Virgen del Valle elevando sus miradas y su canto desde el Presbiterio, gesto
que luego se hizo más cercano cuando se trasladaron hasta el Camarín para
saludar a la Sagrada Imagen, acompañados por el Rector del Santuario y Catedral
Basílica, Pbro. José Antonio Díaz.
El encuentro que reúne a los Obispos del NOA en Catamarca
se extenderá hasta el próximo jueves en la Casa de Retiros Espirituales Emaús.