Mons.
Urbanc: “El Policía está llamado a
ser custodio de sus hermanos”
En la mañana del miércoles
17 de agosto, el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, presidió la misa de
acción de gracias por el 193° aniversario de la Policía de la Provincia, en el
altar mayor de la Catedral y Santuario de Nuestra Señora del Valle. La misma
fue concelebrada por los capellanes de la Fuerza de Seguridad, Pbros. Guillermo Chanquía, Héctor Salas y Juan
Orquera.
El templo catedralicio se
vio colmado por autoridades, encabezadas por el Secretario de Seguridad de
Catamarca, Dr. Marcos Denett, abanderados, escoltas y miembros de las Fuerzas
de Seguridad de la
Provincia, junto a la Banda de Música de la Policía de la
Provincia, que animó el canto litúrgico.
En su homilía, el Obispo
saludó a los presentes y resaltó “el servicio tan grande que desempeñan los
policías en la provincia de Catamarca, servicio que se puede resumir en la
palabra cuidar”. Destacó que “el Papa Francisco insiste mucho en la necesidad
que tenemos en nuestro tiempo de cuidar, porque nos hemos olvidado de cuidar
los unos de los otros”.
Asimismo, manifestó que “venimos
a dar gracias por este llamado tan digno, de profundo humanismo de cuidar al
otro. Los
policías son llamados a ser custodios del hermano, lo cual significa
amarlo, protegerlo, prevenirlo”.
En otro tramo de su
predicación, afirmó que “es importante saber que cuando Dios confía una misión,
también nos da todas esas gracias y capacidades para hacerlo, y si vemos que no
las tenemos todas, hay que buscarlas, pedirlas en la oración, pedir consejo al
que sabe más que uno. Tenemos que ser humildes, siempre pedir ayuda. Buscar la
ayuda de Dios, tener una vida de oración y que cada uno de nosotros
reconozca
que el mayor privilegio que tiene es saberse amado por Dios. Y como Dios me
cuida a mí, yo cuido a los que Dios me pone en el camino”.
En el momento de las
ofrendas, representantes de la Policía provincial acercaron agua, alimentos no
perecederos y elementos de limpieza para la atención de los hermanos que lo
necesiten; en tanto que las autoridades llevaron al altar los dones
eucarísticos de pan y vino.