El sábado 10 de junio, la
Diócesis de Catamarca dará apertura a la casa de rehabilitación de jóvenes con
adicciones, que estará a cargo de la Comunidad Cenáculo, cuyos miembros ya
arribaron a nuestra ciudad.
La obra, cuya construcción edilicia
comenzó a ejecutarse el 15 de enero de 2015, hoy se ve cristalizada gracias al
esfuerzo de muchas personas, a un importante aporte del mismo Papa Francisco, y
a la labor de la Pastoral de las Adicciones, a cargo del Pbro. Antonio Bulacio.
A las 10.30 está prevista la
concentración en Los Molles, antes de llegar a El Rodeo, lugar donde se
encuentra ubicada la casa, y a las 11.00 se celebrará la Santa Misa, presidida
por el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc. Luego se escucharán los testimonios
de los chicos y finalmente se bendecirán las instalaciones.
El Pbro. Antonio Bulacio,
responsable de la Pastoral de las Adicciones en la diócesis, dijo que esta obra
“es algo que venimos trabajando desde hace mucho tiempo, es un camino que hemos
hecho, con mucho esfuerzo y perseverancia. Tenemos actualmente 18 chicos y dos
que van a ingresar el domingo, cuando
regresen las visitas que vienen a la inauguración, es decir, tenemos casi 20
chicos dentro de la comunidad, y unos 15 más que ya salieron”.
El responsable de la casa en
Catamarca será Javier, que es de Buenos Aires, y acompañará a los ocho chicos
que fundarán la casa un sacerdote belga. “A la casa vienen chicos de otro lado,
el encargado es Javier, que es de Buenos Aires, vienen chicos de Colombia,
Brasil y Paraguay, los demás son argentinos, un total de ocho chicos que
continuarán el camino de recuperación acá. El Padre Michel, de Bélgica, los va
a acompañar un tiempo a los chicos”.
El sacerdote catamarqueño
afirmó que “para mí significa mucho, es el fruto de un enorme esfuerzo que
hemos hecho. Tengo una gran alegría de que la comunidad hoy esté ya acá, de que
estemos fundando una nueva comunidad, algo que parecía difícil hace seis años y
hoy se hace realidad”. Por ello agradeció a todos los que colaboraron porque “hay
un gran entusiasmo por esta obra”.
Como la obra es gratuita para
los chicos, el Padre Bulacio dijo que aceptan “contribuciones, no de dinero,
sino de alimentos, de productos de limpieza, de higiene personal, o comida, por
ejemplo, un aporte mensual de fideo o de arroz, pan, para que a los chicos no
les falte nada, porque esta casa es gratuita para los chicos, que viven gracias
a la caridad de muchas personas que sostenemos esta obra”.