Día
Internacional de la Lucha contra el Uso
Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas
En este 26 de junio, “Día
Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de
Drogas”, queremos hacer llegar nuestra cercanía y oración a tantas personas que
sufren y cargan con el dolor de una adicción, ya sea propia o de un familiar.
¡Cuando las drogas entran en la vida de una persona, entran en la vida de toda
la familia! ¡Cuando las drogas entran en la vida de una persona, sufrimos
todos!
Día a día se acercan a
nuestras comunidades y nos encontramos con ellos en los barrios de la patria,
hermanos y hermanas que buscan ser escuchados, recibidos y acompañados,
cargando con el dolor de la vida herida y descartada por una sociedad que
produce cada vez más adicciones, pero mira para otro lado en la búsqueda de
soluciones. A cada uno de nuestros hermanos y hermanas en consumo, a cada uno
de sus familiares y amigos, a cada uno de los hermanos y hermanas que viven en
lo cotidiano el deterioro de la vida marcada por las drogas, les decimos que
nos duele su dolor y nos desafía a trabajar para que nuestros espacios
eclesiales sean lugares en los que la vida se recibe, se va a buscar y se
acompaña creando esperanza. ¡Cuenten con nosotros!
Nos parece oportuno renovar
nuestro llamado a la sociedad, en su conjunto, a trabajar en una respuesta
integral que atienda la complejidad de la problemática. Las adicciones no son
un problema individual sino colectivo, y es desde lo colectivo que tenemos y
podemos buscar los caminos para salir de esta larga noche en la que nos
encontramos como Pueblo. La escuela, el club, la parroquia, el centro vecinal,
los dispositivos de salud, los lugares de trabajo y tantas otras instancias
presentes en la vida cotidiana y concreta de los muchachos y muchachas que
crecen y viven en los barrios, pueden hacer mucho si se deciden a hacerlo y
cuentan con el apoyo de un Estado que quiera dejar de estar ausente.
En este día y en este tiempo
en el que en nuestra patria se está poniendo en tela de juicio la vida misma,
desde la Comisión Nacional de Pastoral de Adicciones queremos renovar nuestro
compromiso de ¡acompañar toda la vida y toda vida! Desde nuestra pastoral
cotidiana vemos, con asombro, cómo mujeres y niños, y tantos otros que habiendo
caído en las adicciones, renacen a la esperanza cuando se las recibe, se las
cuida y se camina junto a ellas. Vemos cómo madres, después de una larga
historia de drogas, se reencuentran con sus hijos y reconocen en ellos la
fuerza para salir adelante.
Queremos invitar a todos los
actores de la sociedad a que conozcan nuestros Centros Barriales, nuestros
puntos de escucha, nuestros espacios preventivos que se distribuyen a lo largo
y a lo ancho del país y cada vez son más; en ellos somos testigos del inmenso
milagro de la vida que se reconstruye cuando es recibida como viene y se
acompaña cuerpo a cuerpo. Queremos invitar a la comunidad nacional a no buscar
el camino fácil, que siempre termina en el descarte de los pobres. Si realmente
queremos ayudar a los más vulnerables, no profundicemos el descarte.
¡Elijamos toda vida y toda
la vida!
Comisión Nacional de
Pastoral de Adicciones y Drogadependencia
Conferencia Episcopal
Argentina