El viernes 8 de febrero,
doce religiosas, quienes se dirigían a misionar en la zona del
Chaco-Santiagueño, visitaron la Ermita de El Suncho ubicada a la vera de la
Ruta N° 20 en la localidad de Esquiú, departamento La Paz, y desde allí fueron
acompañadas por vecinos de la zona hasta El Suncho, este emblemático lugar
donde murió el Venerable Fray Mamerto Esquiú, cuya vida y obra se
comprometieron a difundir en los lugares donde les toque evangelizar.
Las Misioneras de Jesús
Verbo y Víctima son una comunidad religiosa fundada en Perú por Monseñor
Federico Kaiser, quien llegó a Perú en 1939 y en 1957 fue nombrado Obispo de
la
nueva Prelatura de Caravel-Perú, una jurisdicción de 30.000 Km2, y en ese
entonces con unos diez sacerdotes y ninguna religiosa.
Ante esta realidad, fundó en
1961 la Congregación, que desde 1982 es de Derecho Pontificio.
La misión de las religiosas
es llegar a los fieles más abandonados, en esos lugares donde el sacerdote
llega quizás una vez al año. De allí que las regiones sin sacerdote residente
son el campo exclusivo del trabajo y apostolado de estas consagradas.
Se dijo de ellas: “Donde
termina una carretera asfaltada, allí empieza la labor de una Misionera de Jesús
Verbo y Víctima”. Así cumplen con el mandato apostólico de Cristo de predicar
el mensaje evangélico hasta los confines de la tierra.
Actualmente, se encuentran
presentes en Perú, Argentina, Bolivia, Uruguay, Paraguay, Chile y Cuba.
En Argentina trabajan en la
Prelatura de Cafayate, residiendo en Antofagasta de la Sierra (Catamarca) y en
la Prelatura de Añatuya (Santiago del Estero); también en la ciudad de San Rafael
(Mendoza), donde se encuentra una de las casas de formación de la Congregación
Religiosa.