“El proceso sinodal que estamos comenzando es una gran oportunidad para retomar el tema de la conversión pastoral con mayor entusiasmo y urgencia”, expresó el Obispo.
Bajo el lema “Caminar
juntos. La sinodalidad en la vida y la misión de la Iglesia”, el sábado 2 de
octubre, se llevó a cabo la segunda reunión del Consejo Diocesano de Pastoral
(Codipa) correspondiente a este año, en las instalaciones de la Iglesia del
Inmaculado Corazón de María.
La convocatoria, que fue
presidida por el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, contó con la
participación de representantes de las parroquias de los decanatos Capital, Centro,
Este y Oeste, pastorales, movimientos e instituciones que trabajan en la
diócesis.
Luego de la oración de la
mañana y la bienvenida por parte del Vicario General, Pbro. Julio Murúa, se
escucharon las palabras de Mons. Urbanc, quien mencionó que “desde el año
pasado vengo alentando una Asamblea Diocesana, lamentablemente, la pandemia nos
ha impedido, pero no debemos dejar de prepararla con gusto y seriedad, pues
necesitamos delinear nuestra pastoral”. Y recordó las instancias de preparación
para participar en la Asamblea Eclesial Latinoamericana y del Caribe, pedida
por el Papa Francisco, a celebrarse en México en noviembre de este año”, entre
otros eventos eclesiales.
En la oportunidad,
reflexionó que “la sinodalidad es la temática sobre la que vuelve una y otra
vez el Papa Francisco durante todo su pontificado, y que nosotros tenemos que
asumir con afecto, compromiso y responsabilidad”, y apuntó que “sinodalidad
equivale a ‘caminar juntos’, a pensar, planificar y ejecutar juntos”.
En este sentido, afirmó que
“será decisivo para la fecundidad del proceso sinodal que podamos percibir con
la mayor lucidez posible, las circunstancias actuales en las que estamos
insertos como país, tanto en lo social como en lo eclesial. Se trata de
asumirlo como intención, forma, y espiritualidad para iniciar procesos, para
que, desde lo ya existente, vayamos ingresando en la mentalidad y estilo
propios e irrenunciables de una Iglesia sinodal”.
Asimismo, señaló que “el
proceso sinodal que estamos comenzando es una gran oportunidad para retomar el
tema de la conversión pastoral con mayor entusiasmo y urgencia. Es necesario,
entonces, que el Kerygma (el anuncio y celebración de la Muerte y Resurrección
de Jesucristo) haga arder nuevamente el corazón de nuestras comunidades”.
“El proceso sinodal nos
ayuda a evidenciar tres cosas: primero, sinodalidad es una realidad frontal y
transversal; segundo, se refiere directamente a la naturaleza misma de la
Iglesia, y tercero, necesitamos detenernos a rezar mucho, a pensar bien, y a
dialogar seriamente estas cosas, pidiendo, incluso, ayuda a quienes nos la
puedan dar, si es necesario”.
Seguidamente, se hizo la
presentación de la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, que
continuó con el trabajo grupal a partir de consignas, que se compartió en el
plenario y se plasmó en una propuesta de trabajo.
Asimismo, se trabajó en la
conformación del Equipo de Preparación de la Asamblea Diocesana 2022 (EPAD),
que definirá temáticas, metodología, objetivos, texto bíblico, logo, canción,
elaboración de material y espiritualidad.
Dentro de la proyección y
cronograma 2021-2022, se estableció que hasta marzo se hará la instancia
parroquial; hasta junio, la decanatal; y en septiembre, la diocesana.
El encuentro culminó con la
oración ante el Santísimo Sacramento.