En Argentina, hoy, celebramos el Día de la Madre, por eso saludo a todas la Madres y les comparto una reflexión.
Todos recordamos
con frecuencia a nuestras mamás. Quizá algunos las extrañamos más porque ya se
fueron de este mundo hace algún tiempo. Otros visitarán a su mamá anciana y le
darán un regalo, comerán juntos y recordarán pequeñas historias de la infancia.
Otros simplemente le harán una telefoneada, porque se encuentran lejos de casa,
y mamá espera con ansiedad la llamada del hijo ausente. Quizá alguno no sepa
quién fue su madre, y llorará, esperando poder encontrar un día el rostro de la
mujer que lo acogió y lo hizo nacer en algún hospital o en una casa particular…
Pero, a mí me causa
mucho dolor y preocupación que en mi querida Catamarca, el ministerio de
educación, haya expedido la resolución n° 322, con fecha 21/9/2021, donde se
reglamenta la ‘educación sexual integral’ en todas las escuelas de la
provincia, y que desvirtúa este día,
diciendo en el punto 4, n° 16: “Los festejos puntuales por el Día de la
Madre y Día del Padre, deben ser reemplazados por la Semana de ‘Las Familias’,
respetando lo establecido en la Ley 26.618 de Matrimonio Igualitario y la
posterior regulación del Código Civil y Comercial de la Nación, la cual amplía
el paradigma del concepto de familia, generando nuevos horizontes de derechos y
responsabilidades para el sector educativo”.
Qué triste que las
nuevas generaciones sean deformadas en nuestros centros educativos en la forja
de sus afectos hacia esas personas que les dieron la existencia y que se
esfuerzan por cuidarlas. ¡Qué triste homenaje a nuestro querido Beato Mamerto
Esquiú, a pocos días de su beatificación!
También en este Día
de la Madre podemos pensar en otras dos Madres. Una es la Virgen María, Nuestra
Morena del Valle, nuestra Madre celestial. La otra es la Iglesia. Por tanto,
hemos de sentirnos hijos de Ella, sufrir cuando sufre y alegrarnos con sus
alegrías. No resulta fácil “visitar a la Mamá Iglesia”, porque no tiene un
domicilio fijo. Ni siquiera podemos pensar que vive encerrada en los templos o
lugares de culto. La Iglesia, nuestra Madre, vive en cada uno. Todos los
bautizados, cuando vivimos muy unidos al Papa Francisco (hoy), cuando amamos a
nuestros obispos, cuando participamos de la Misa los domingos, cuando acudimos
a pedir misericordia en el sacramento de la confesión, cuando rezamos de
corazón en la mañana o en la noche, cuando perdonamos a nuestros enemigos y
ayudamos a todos… Todos nosotros, con nuestros buenos y nuestros malos
momentos, entretejemos esa misteriosa y gran realidad: la Iglesia-Mamá.
Así que, en este Día
de la Madre, agradezcamos a la Iglesia que nos haya hecho nacer como creyentes,
que nos haya dado la fe en Jesucristo, que nos haya ayudado a amar a la Virgen
María y al Papa. Y, a la vez, nos sintamos festejados: cada nuevo hijo de la
Iglesia nos mira con cariño y nos dice: ¡gracias, católico fiel, por haberme
dado la fe, por haberme hecho nacer al amor de Dios, en la Iglesia! ¡Gracias,
sí, a todos, porque cada nuevo hijo de la Iglesia es no sólo hermano nuestro,
sino, “hijo nuestro”!
A Todas las Madres,
en gratitud a mi mamá, las saludo y bendigo de corazón, rogando al Buen Dios,
Padre, y a la Madre del Valle por las intenciones de cada una. ¡Que tengan una
bella e inolvidable jornada!
Mons. Luis Urbanč
17 de octubre de 2021
Año de San José y del Beato Mamerto Esquiú