El domingo 9 de
febrero, el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, puso en funciones al Pbro.
Carlos Robledo como nuevo párroco de la Parroquia y Santuario de Nuestra Señora de Fátima,
con sede en la localidad de Fiambalá, departamento Tinogasta, quien estará
acompañado por el Pbro. Eduardo Navarro, designado Vicario Parroquial. Esta
disposición forma parte de los cambios efectuados por el Pastor Diocesano en
orden a una mejor atención espiritual de los fieles en los distintos puntos del
territorio diocesano, en este caso en el Decanato Oeste. También, en esta
oportunidad, se despidió al Pbro. Raúl
Contreras, quien prestó su servicio
pastoral en la zona durante seis años.
La asunción del
nuevo párroco se llevó a cabo durante la Santa Misa presidida por el Obispo Diocesano y
concelebrada por sacerdotes del clero diocesano, en el templo parroquial,
ubicado frente a la plaza principal de la localidad. Allí se dieron cita los
fieles de las comunidades que componen esa extensa jurisdicción del Oeste
catamarqueño, además de otros provenientes de Tinogasta, Capayán y Valle Viejo.
Participaron el Señor Intendente de Fiambalá, Dn. Amado David Quintar,
acompañado por miembros de su
gabinete, autoridades policiales, familiares y
amigos de los sacerdotes que tendrán desde ahora la tarea de pastorear a esta
porción de
En el inicio de la
ceremonia, la Sra. Foda
Assad despidió al P. Contreras, indicando que “no es fácil despedir a quien
estuvo con nosotros por varios años. Queremos agradecerle su empeño total, ya
que a pesar de su salud ha recorrido esta amplia parroquia, dedicando mucho
tiempo a su tarea de pastor, que no es fácil en estos momentos difíciles para
todos. Que el Pastor de pastores lo acompañe en su misión”.
Tras la lectura de
los decretos de
designación del Párroco y el Vicario Parroquial,
El Intendente
Municipal de Fiambalá hizo entrega de las llaves de la ciudad al nuevo párroco;
tras lo cual, el Obispo bendijo el agua que el P. Robledo esparció entre los
asistentes a la celebración.
En su homilía,
Mons. Urbanc destacó que “es un regalo contar con dos sacerdotes en Fiambalá y
tres en el departamento Tinogasta”. Asimismo, comentó que con estas
designaciones son 10 los sacerdotes, en su mayoría jóvenes, que hay actualmente
en el
Decanato Oeste; y renovó el pedido de oraciones por el aumento de las
vocaciones sacerdotales.
Agradeció al P.
Contreras porque “en estos seis años de servicio ha puesto lo mejor de sí,
entregando su ministerio sacerdotal en esta comunidad, donde se hicieron muchas
obras, tanto espirituales como materiales. Se suma ahora a caminar con ustedes
el P. Carlos, quien toma la posta que le deja el P. Raúl, para seguir
consolidando el Reino de Dios, en el marco de la Misión Diocesano
Permanente”.
En esta primera
experiencia como párroco, y tomando como punto de reflexión los textos bíblicos
leídos, el Obispo pidió al P. Robledo que sacie el hambre de la Palabra de Dios y de la Eucaristía en esta
comunidad de Nuestra Señora de Fátima. “El sacerdote no es un promotor social,
como se lo ve muchas veces”, enfatizó, remarcando que “debe ser sal, que dé
sabor, y luz para poder ver la belleza de vivir en Dios. Por eso les pido que
recen por nuestros sacerdotes”.
Un momento seguido
con mucho respeto y atención por los fieles congregados en torno al altar fue
la profesión de fe, el juramento de fidelidad y la renovación de las promesas
sacerdotales, que fue sellado con un abrazo fraterno entre Mons. Urbanc y el P.
Robledo. La ceremonia continuó con la entrega de los óleos, y el pan y el vino
acercados durante el ofertorio; y las llaves del Sagrario, después de la comunión.
Como corolario de
esta celebración, el flamante párroco dio gracias a Dios, “quien sigue haciendo
su obra en mí. Hoy estoy ante un nuevo desafío que me ha dado, y por eso me
encomiendo a sus oraciones. Quiero que
todos se sientan parte de esta Iglesia,
y que vivamos este tiempo muy hermoso con el Papa Francisco, quien nos pide que
salgamos a buscar a los que están alejados, en la periferia”. Además, afirmó
que su paso por
Luego de la
bendición final, los presentes compartieron un almuerzo fraterno en el salón de
la escuela N° 224, en el que no faltaron el brindis y la torta.