Durante una ceremonia
concretada el sábado 8 de febrero, el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, puso
en funciones al nuevo párroco de la parroquia Nuestra Señora de la Candelaria,
con sede en Saujil, departamento Pomán. Se trata del Pbro. Hugo Rodríguez, quien
fue trasladado desde la parroquia Nuestra Señora del Rosario, en la localidad
de Hualfín, Norte Grande de Belén.
Para participar de este importante
acontecimiento eclesial, arribaron fieles de las distintas comunidades que
integran el territorio parroquial, miembros de agrupaciones gauchas e
instituciones, quienes lo recibieron en el atrio, junto con las principales
autoridades del pueblo,
encabezadas por el intendente Lucas Carrazana.
Tras los saludos
preliminares, los presentes ingresaron al templo donde se celebró la Santa Misa
presidida por Mons. Luis Urbanc, y concelebrada por sacerdotes del Decanato
Oeste.
En la oportunidad, se dio
lectura al decreto del Ejecutivo Municipal de Saujil declarando Visita de Honor
al Señor Obispo; tras lo cual se escucharon las palabras de despedida al Párroco
y al Vicario Parroquial salientes, Pbro. Guillermo Chanquía y Pbro. Lucas
Segura, respectivamente, a cargo de la Sra. Angélica Losso, quien emocionada
expresó:
“Llegó el tiempo de alejarse, porque todo el que consagra su vida a
Dios le debe obediencia, pero como una pequeña barca en el mar deja su estela,
así perdurará el sacrificio, esos días de dolor, de frío, con un mate en la
mano para compartir. Gracias, queridos
padres, que Nuestra Madre del Valle los proteja siempre, que el Espíritu
Santo les dé su fortaleza, templanza y
todo lo que sólo El brinda, que las cargas se arreglarán en el camino”.
El párroco de Andalgalá,
Pbro. Renato Rasgido, dio a conocer el decreto de designación del nuevo párroco,
y luego se leyó el instrumento legal mediante el cual el
municipio de Saujil dio
la bienvenida oficial, deseándole una labor espiritual plena en todo el
departamento Pomán.
La Sra. Fabiana de Nieva se
dirigió al Padre Hugo Rodríguez expresando que “todo tiempo nuevo es una
esperanza de nuevas energías, de nuevo crecimiento, de nuevas expectativas.
Estamos dispuestos a vivir la misión de nuestra parroquia en comunión con la
misión de toda la Iglesia. Caminemos juntos en el seguimiento de Jesús y en la
vivencia de la fe. Dios sigue entre nosotros. En cada sacerdote se enciende la
esperanza de quien nos dijo: ‘Yo estoy con ustedes’”.
Luego de bendecir el agua,
que el flamante párroco esparció entre los fieles, y la proclamación del
Evangelio, el Obispo reflexionó: “En esta misa se presentan sentimientos
encontrados, porque despiden al P. Guillermo y a su vez reciben al P. Hugo,
quien se suma a esta comunidad en nombre de Cristo. El P. Lucas debutó en su
ministerio sacerdotal entre ustedes y ahora servirá en la Catedral”.
En otro tramo de su homilía,
Mons. Urbanc alentó a la comunidad de Siján afectada por el alud, deseando que “esto
nos ayude a ser más cercanos”. Destacó a la gente solidaria que aparece cuando
se sufre, y rogó a Dios que “nos cuide de las catástrofes naturales”, como de “las
catástrofes morales que nos están destruyendo, porque no atendemos a Dios, como
la droga, que arruina el presente y futuro de nuestros chicos”.
Tomando como referencia los
textos de la Palabra de Dios escuchada, dijo que “el sacerdote tiene que
compartir el pan con el hambriento, tanto el material como el pan de la Palabra
de Dios y la Eucaristía. Debe albergar a tantos que están a la intemperie de la
ignorancia, la apatía, la indiferencia, sin techo. Frente a esto, lo que nos
cobija es el amor de Dios, ése es el techo para no estar a la intemperie… El
amor une, procura el encuentro, hace feliz al otro”.
La ceremonia continuó con la
profesión de fe, el juramento de fidelidad y la renovación de las promesas
sacerdotales; además de la entrega de los óleos, el pan y el vino, y las llaves
del Sagrario, que el Obispo depositó en las manos del nuevo párroco.
En su despedida, el P.
Guillermo Chanquía agradeció la presencia de la mayoría de los pueblos de la
jurisdicción parroquial, y a la gente de Siján, quienes ante la adversidad
provocada por la naturaleza supieron “mostrar el rostro materno de la Iglesia
en los laicos. Muchos jóvenes se sumaron a los integrantes de las
instituciones, en forma espontánea, para trabajar por los hermanos necesitados.
Los felicito y les agradezco, que sean bendecidos por esta generosidad.
Simplemente, gracias. Gracias por los gestos, las palabras y los reproches, que
nos ayudan a crecer”, enfatizó.
Por su parte, el P. Lucas
Segura comentó ante la asamblea que “ha sido una experiencia muy linda
compartir con ustedes mi
sacerdocio. Me voy muy contento, me encontré con
personas muy buenas, de profunda fe, comunidades vivas, personas que dejan
huellas. Los llevo en mi corazón. Muchísimas gracias”.
Ante los fieles de la nueva
comunidad a él confiada, el P. Hugo Rodríguez agradeció a Dios “por haberme
dado la posibilidad de estar en esta parroquia, y al Obispo por seguir
confiando en mí”, como también a familiares y amigos que lo acompañaron en este
momento especial de su vida sacerdotal. Manifestó su afecto hacia la
comunidad
de Hualfín, con la que compartió seis años; y le pidió al Señor “que me ayude a
pastorear a esta nueva comunidad. Recen por mí, y que nos acompañemos
mutuamente”.
Culminada la celebración
eucarística, se sirvió una cena a la canasta en el predio contiguo al templo
parroquial. Este fue el momento propicio para que un representante de cada
pueblo se presente y brinde una breve referencia de su lugar de origen, y se
entregaran obsequios a los presbíteros, en un clima fraterno, matizado con
canciones interpretadas por el coro.