El sábado 11 de octubre, se
llevó a cabo la Asamblea Diocesana 2014, que reunió a cientos de laicos,
sacerdotes, religiosas, colegios, miembros de instituciones, movimientos y
áreas pastorales, además de representantes de instituciones civiles y
particulares, en el transcurso de la cual se eligió el objetivo, el lema y las
propuestas de acción pastoral para el año 2015, que estará dedicado a los
laicos, como opción preferencial, en el contexto de la Misión Diocesana
Permanente.
Luego de un intenso trabajo
de las comisiones, en horas de la tarde se concretó el plenario y cierre de la
Asamblea, que por mayoría de votos eligió como lema “Vayan también ustedes a
trabajar en mi viña”, Mt 20,7, y como objetivo “Reavivar y revitalizar al
laicado desde el servicio, abriendo las puertas de la Iglesia y saliendo al
encuentro de todos a través de la comunión en la
diversidad”.
El Padre José Antonio Díaz,
Vicario Episcopal de Pastoral, quien tuvo a su cargo la coordinación de estas
actividades, brindó sus consideraciones sobre el desarrollo de esta instancia consultiva,
convocada por el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, en el afán de recoger estos
aportes que le servirán como base para elaborar su planificación pastoral del
año que viene.
El sacerdote expresó la satisfacción
de los organizadores por la respuesta a la propuesta: “Estamos altamente satisfechos,
porque hemos encontrado una metodología de trabajo en la que se ha involucrado
a todas las pastorales y hemos podido identificar temáticas de preferencia. Cada
una de las cuatro comisiones de trabajo vinculadas con la comunión, con la
misión, con los agentes de pastoral y con la formación, tenía responsables
específicos con una oferta metodológica de trabajo, y los participantes
hicieron una opción de participación. La gente ha trabajado bien, se ha sentido
cómoda”.
Además del aspecto
metodológico, el Padre Díaz se refirió a la cantidad de asistentes, indicando
que “ha superado nuestras expectativas, llegando a 250 asambleístas, dentro de
los cuales hubo un buen número de personas que no son agentes de pastoral
activos. Esto demuestra que hay un interés de más gente que mira con esperanza
este espacio de diálogo, de deliberación”.
En este sentido, destacó que
“las deliberaciones han sido muy ricas y el clima de trabajo muy favorable”,
agregando que “el lugar donde se desarrolló la Asamblea fue muy acertado. El
hecho de haber vuelto a un espacio eclesial, propio de la Iglesia, es muy
significativo, tanto por su pasado al haber sido el Seminario donde se formaban
los sacerdotes, como también por su presente que tiene que ver con la
formación, la pastoral, la cultura, y eso tiene mucho significado”.
Que
la Iglesia recupere su vigor y fortaleza
Asimismo, el Vicario de
Pastoral consideró que “uno de nuestros males es que tenemos grandes anhelos,
pero pocas realizaciones, y eso es lo que muchas veces desalienta. Pero
conscientes de esto, quizás se abra otra etapa donde la participación laical
haga mover a la Iglesia, a responder a determinadas urgencias o cuestiones
sociales importantes, sobre todo acompañando la gran apertura que está llevando
a cabo el Papa Francisco”.
“Hay
que aprovechar este tiempo y ojalá que la Iglesia recupere su vigor y su
fortaleza para salir a evangelizar en una época que uno tiene que lanzarse a
navegar mar adentro, como nos pedía el Papa Juan Pablo II. Creo que si el
laicado adquiere esa tónica, y nosotros los sacerdotes los acompañamos, la
Iglesia va a cambiar su rostro y su presencia será más decisiva”, enfatizó.
Por último, especificó que “lo
que la Asamblea ha dejado como fruto, tanto en propuestas de acción como
objetivo y lema, será puesto a consideración del Señor Obispo, para la
elaboración de la planificación pastoral del año que viene”.