El sábado 25
de octubre, los Padres Eduardo Navarro y Facundo Brizuela celebraron el primer aniversario
de su ordenación sacerdotal, durante una misa que concelebraron junto al
Párroco de San Roque, Padre Gustavo Flores, en la que 30 niños recibieron su
Primera Comunión.
La misa se
realizó en el tempo parroquial, ubicado en la ciudad de Recreo, departamento La
Paz, y participaron familiares de los sacerdotes, amigos y fieles de la comunidad
parroquial.
En la homilía
el padre Facundo se refirió al acontecimiento que vivieron los niños, como un
paso importante en su vida de fe, indicando que “es la primera vez que ustedes van
a
alimentar su espíritu de un modo concreto y de un modo real, a través de la
Eucaristía, y de ahí van empezar un camino de amistad en plena comunión con
Jesús”.
Destacó este
primer año de vida de consagrado junto al Padre Eduardo, rescatando en este
tiempo que “el sacerdote es una persona que ayuda a cualquiera a llevar su cruz
en su vida; un sacerdote ayuda a estar cerca de Dios, consuela, escucha,
reconcilia con Dios; un sacerdote trata de que sean felices”. Y dijo que como “solamente
somos instrumentos de Dios para que todas las personas se acerquen a El, es
necesario que todos nos ayuden a ser mejores sacerdotes, rezando”.
También dio
gracias por el don del sacerdocio, porque “si no hay sacerdotes, no hay
Eucaristía, no hay Primera Comunión, no hay Sacramentos. Por ello vamos a darle
gracias a Dios por este don tan preciado, que es el sacerdocio”.
“Han elegido el mejor camino, el del servicio
y del amor”
Antes de la
bendición final, integrantes del grupo juvenil misionero les obsequiaron
presentes y dirigieron unas palabras: “Queridos Padres, hoy se cumple un año de
aquel momento tan esperado, el día de su ordenación… agradecemos a Dios por sus vidas, por lo que ha hecho en
cada uno de ustedes, y lo que ha hecho en nosotros a través de su amistad. Nos da
alegría en nuestras almas saber que han elegido el mejor camino de la vida, el del
servicio y del amor. Rogamos a la Virgen y a San Roque que los bendigan y hagan
fructificar el servicio que ofrecen a la Iglesia”.
Por su parte,
el Padre Eduardo agradeció al Padre Gustavo, quien lo acompañó en su camino
hacia la ordenación sacerdotal, “por su paciencia, por su prudencia, por su
afecto y su compañía”, y también a su familia y la del Padre Facundo. “Les doy
a Cristo crucificado para bien de nuestras almas y para mayor gloria de Dios.
Se los doy con generosidad, con errores, eso es lo hay. Espero que ustedes
sigan rezando para que seamos santos, porque hay alguien que nos amó hasta el
extremo”, manifestó.
Luego de la
Santa Misa se realizó un brindis a la canasta en el patio ubicado frente al
templo donde se compartió un lindo momento en comunidad.