El sábado 15 a las 20.00, en
la sede parroquial Santa Rosa de Lima, se celebró la Santa Misa en la que 145
niños de la comunidad Nuestra Señora del Perpetuo Socorro recibieron por primer
vez a Jesús Sacramentado.
Tras la lectura del Evangelio,
una catequista presentó a los pequeños, quienes se prepararon durante dos años
para este feliz acontecimiento de la fe.
En su homilía, el párroco,
Pbro. Salvador Acevedo, manifestó que “es un momento especial para la vida
personal de los chicos, y también lo es para la vida parroquial, porque hemos
hecho el esfuerzo para apoyarlos para que tomen conciencia de la necesidad de
participar de la Misa todos los domingos, y que en este día puedan recibir al
Señor por primera vez en la Santa Comunión”.
Al referirse a la Palabra de
Dios escuchada, dijo que Dios “nos dio primero la vida y a través de ella otras
capacidades. No sólo nos da bienes materiales sino también su Palabra, el
alimento celestial, nos da al mismo Jesús y también de esto nos va a pedir
cuenta a todos. Ojalá no nos pase lo mismo que le pasó al servidor que recibió
un solo talento y no lo usó por vago, por inútil, por cómodo. Por eso lo que
tenemos que hacer, mientras estamos en camino y hasta que El venga, es
aprovechar las cosas que nos da para hacer el bien, para crecer y obrar el
bien, para cumplir con nuestras obligaciones en la casa, en la escuela, con los amigos y vecinos. ¿Y cuáles
son esas cosas que nos dio? La Misa del domingo, la Comunión Eucarística, o sea
esto que ustedes van a poder empezar a hacer desde ahora en adelante para poder
vivir bien la vida cristiana, la vida de Hijos de Dios”.
Asimismo, instó a los chicos
a que “no se vuelvan perezosos para las cosas de Dios. Hay gente que se
conforma con tener un crucifijo o un santito en su casa. Esto no sirve si no va
acompañado con lo que Dios nos ofrece en
la Misa de cada domingo, donde nos encontramos con el mismo Señor en la mesa de
la Palabra y la mesa de su Cuerpo y Sangre”.
Destacan servicio de los catequistas
Antes de la bendición final,
el Padre Acevedo agradeció a los catequistas destacando que “nuevamente la
Iglesia se sirvió de la generosidad de algunos hermanos nuestros para
acompañar, durante dos años y cada fin de semana, a estos niños. Estos hermanos
son los catequistas, quienes ayudan a los niños a que progresivamente entren en
contacto con la persona de Jesús. Ellos realizan este ministerio gratuitamente
y con generosidad”, es por ello que pidió “un fuerte aplauso” para ellos.
Al finalizar la Santa Misa
se entregó a todos los niños un recordatorio y se realizó un brindis en el
salón parroquial.