Mons. Urbanc llamó a los fieles a conformar una parroquia eucarística y misionera, bajo el influjo del Espíritu Santo.
El sábado 23 de mayo,
vísperas de la Solemnidad de Pentecostés, el Obispo Diocesano, Mons. Luis
Urbanc, creó la parroquia número 29, dedicada del Espíritu Santo, y nombró a su
primer párroco, el Pbro. Santiago Granillo, durante una ceremonia concretada en
el Año Diocesano de los Laicos, dentro de la Misión Diocesana Permanente.
Los fieles de la nueva
parroquia y otras vecinas colmaron el templo ubicado en el barrio Los Ceibos
(500 Viviendas), sector norte de la ciudad capital, y ocuparon gran parte del
predio que lo comprende para compartir la Santa Misa, presidida por el Obispo
Diocesano y concelebrada por sacerdotes del clero local. El oficio religioso
contó con la participación del Intendente de San Fernando del Valle de
Catamarca, Lic. Raúl Jalil, y la concejal Jimena Herrera.
En el inicio del acto
litúrgico, el Pbro. Rogelio Suárez, párroco de Nuestra Señora del Rosario, con
sede en La Merced, departamento Paclín, dio lectura a los decretos de creación
de la nueva parroquia, detallando Patronos y límites geográficos; y el
correspondiente a la designación del Pbro. Santiago Granillo como primer
párroco de esta porción de la Diócesis de Catamarca.
Durante la Liturgia de la Palabra,
Mons. Urbanc entregó al nuevo párroco el Leccionario, que contiene las Sagradas
Escrituras que debe enseñar y compartir durante toda su vida, anunciando a Dios
en todo momento.
Al finalizar la proclamación
del Evangelio, el Obispo inició su homilía dando gracias a Dios “por este
regalo tan importante, que es la creación de una nueva jurisdicción parroquial
en Capital”. Agradeció a las comunidades y a los párrocos de Santa Rosa de Lima
y de la Santa Cruz, a cuyas jurisdicciones pertenecían los fieles de la actual
parroquia, “por su trabajo a lo largo de estos años para ir forjando una
conciencia de lo que significa ser comunidad”. También expresó su gratitud
hacia “los muchos sacerdotes que han trabajado, pero de un modo particular a
los más cercanos que han ido conformando esta realidad como si fuera un sueño,
al Padre Antonio Bulacio, quien trabajó mucho para tener este espacio, que hoy
nos sirve como templo; a los Padres Misioneros Redentoristas, que también han
ido acrecentando un poquito este salón, animando a la comunidad, y al Padre
Santiago, quien va a quedar al frente de esta comunidad por los primeros seis
años, enseñándoles a caminar juntos”. Además, agradeció a las autoridades que
colaboraron para que esto se hiciera realidad. “Esperamos más ayuda para que
este ambiente sea cada
vez más acogedor, para que desde aquí se irradie el
mensaje de Jesús a los distintos rincones, distintos barrios de esta
jurisdicción parroquial, que está puesta bajo la advocación del Espíritu Santo.
Así lo han querido los que han comenzado a misionar acá, impulso que se dio con
el Padre Sonzini”. Resaltó que “los Padres Redentoristas han ido imprimiendo
entre ustedes, que el Cura Brochero, beato, sea uno de los Co-Patronos de la
parroquia, al igual que el querido Padre Pío de Pietrelcina”.
“Hay
que salir a la calle a llevar a Jesús”
En otro tramo de su
predicación, Mons. Urbanc expresó: “Estamos creando esta parroquia en la víspera,
en la vigilia de Pentecostés. Y ustedes tendrán que ser una parroquia modelo,
porque el Espíritu Santo nos ayuda en el discernimiento para saber distinguir
qué viene de Dios y qué no viene de Dios. Todos ustedes, con el párroco, quien
los guía como un buen pastor, tendrán que aprender a discernir qué quiere el
Espíritu Santo para esta comunidad”.
“El Espíritu Santo nos da fuerza, como dice el
texto de los Hechos de los Apóstoles, que les dio una fuerza, un coraje, una
valentía que los hizo salir en estampida a anunciar a Jesús. Entonces, ustedes
tienen que ser una parroquia misionera, es lo que pide el Papa”, manifestó el
Obispo, enfatizando que en este año especial, “los laicos tienen que ser
verdaderamente misioneros. Salir a la calle, hay que llevar a Jesús, hay que ir
casa por casa llevando el mensaje del amor de Nuestro Señor Jesucristo,
llevando su misericordia y su bendición a los hogares. Esto es lo que provoca
el Espíritu, una Iglesia que va al encuentro de los demás. Ojalá que ustedes,
con esta ayuda del Espíritu Santo, tengan la fuerza que tuvieron los apóstoles”.
Para finalizar, se dirigió
al Padre Santiago expresando: “Que esta Palabra de Dios, la puedas anunciar
siempre, que puedas administrar los sacramentos, el Bautismo, la
Reconciliación, visitar a los enfermos y ungirlos con el óleo de los enfermos y
los otros que serán siempre el centro de esta comunidad, que sea eucarística y
misionera”.
Posteriormente, el nuevo
párroco realizó su profesión de fe ante el Señor Obispo y toda la comunidad,
seguido de los juramentos de obediencia al Pastor Diocesano y a sus sucesores,
y renovó las promesas sacerdotales, que hizo el día de su ordenación. Estos
momentos se vivieron con especial atención y fueron coronados con un fuerte
aplauso.
En el momento de las
ofrendas, representantes de las comunidades que conforman la parroquia del Espíritu
Santo acercaron al altar los óleos sagrados, que el sacerdote utilizará para
bautizar, confirmar y ungir a los enfermos, asegurándose de impulsar la vida
sacramental de sus fieles.
Del
flamante párroco
Después de la comunión, miembros
de la parroquia Santa Rosa de Lima acercaron presentes al nuevo párroco, quien
agradeció y dirigió unas palabras.
“Al iniciar este camino como
nueva parroquia, quisiera ante todo y en nombre de todos los que ahora forman
parte de ella, dar gracias al Señor por el cumplimiento de su promesa de darnos
al Santo Espíritu, y en este año, ese don se convierte en parroquia, una nueva
comunidad parroquial de discípulos misioneros de Jesucristo para el extenso
norte de nuestra ciudad capital. Estoy seguro que su misericordia así lo ha
querido”, expresó el sacerdote, quien agradeció “la bendición de Dios de ser el
primer párroco de esta comunidad, que se desprende de la parroquia Santa Rosa
de Lima. Doy gracias por los muchos sacerdotes que han pasado sirviendo y
animando lo que hoy nosotros podemos ver y ser testigos, a los muy recordados
Padres Redentoristas”.
Dirigiéndose a los
parroquianos dijo que “tenemos un gran desafío en este tiempo de nuestra
historia, y es ayudar a redescubrir la belleza y la alegría de ser cristianos.
Hoy hago mías las palabras de los Obispos en Aparecida: ‘Hemos de mostrar, como
nueva parroquia la capacidad para promover
y formar discípulos misioneros que respondan a la vocación recibida y
comuniquen por todos lados, por desborde gratitud y servicio, el don del
encuentro con Jesucristo’”.
Al finalizar la Santa Misa,
los sacerdotes saludaron en la entrada del templo y posteriormente compartieron
un brindis a la canasta con toda la comunidad parroquial.