En la tarde del 13 de mayo, día
en que la Iglesia celebra a Nuestra Señora de Fátima, se realizó la procesión
con la que culminaron las fiestas patronales en la capilla ubicada en el barrio
General Paz, jurisdicción de la parroquia Santa Rosa de Lima.
A las 17.00, inició la
procesión encabezada por el párroco, Pbro. Armengol Acevedo, y el Vicario Parroquial,
Pbro. Angel Nieva, partiendo desde el templo y recorriendo las calles aledañas.
En el trayecto, los fieles de la sede parroquial y comunidades vecinas, rezaron
el Santo Rosario y cantaron. A su finalización, se celebró la Santa Misa.
En su homilía, el P. Acevedo
expresó: “Hemos recorrido las calles de esta comunidad de Fátima rezando con
gran devoción el Santo Rosario. Hemos rezado como muchas veces se ha hecho en
la historia de la salvación, en la historia de la Iglesia y, en este caso
concreto, como lo hizo la Madre de nuestro Salvador Jesucristo. Ella nos ha
dejado un mensaje concreto: rezar por nuestra salvación. Por eso cada vez que
como Iglesia hacemos una fiesta, tenemos que regresar a nuestra vida cotidiana
con algo que nos recuerde que nuestro festejo fue verdadero”.
El sacerdote se refirió a la
Palabra de Dios como un “combustible semanal para nuestra vida de creyentes. Aún
más, si a esta Palabra la escucháramos todos los días, Dios mismo se va
encargando de cambiar nuestra mente y nuestro corazón. Sabemos que la Palabra
de Dios es poderosa y va haciendo su trabajo en nosotros. Y éste es el otro
propósito que nos podemos hacer: escucharla frecuentemente”.
En otra parte de su predicación
afirmó que “la Madre de Jesús nos dice que podemos hacer dos cosas para nuestra
salvación. Primero rezar invocando a Dios para que Él haga lo que nosotros no
podemos hacer por la salvación del mundo entero, como así también por nuestros
pequeños mundos, que son los familiares, los amigos. No nos cansemos de rezar
por ellos aunque sea empecemos por rezar todos los días el Padrenuestro. La
segunda cosa que podemos hacer por esas personas es penitencia. A veces tenemos
la idea que hacer penitencia es hacer algo difícil, algo que nos haga sufrir un
poco. Ciertamente, también va por ahí, pero hoy esa primera penitencia que la
Iglesia nos enseña es el
cumplimiento de nuestros deberes. Todos tenemos
deberes cotidianos que cumplir y son éstos los que tenemos que ofrecerle a Dios
por nuestra salvación y así la haremos mejor cada día aunque éstas sean
dificultosas. La otra penitencia es la de la enmienda o sea tratar de no pecar
más, de corregir, de superar esta debilidad humana de hoy para que mañana no se
repita, o al menos sea cada día menor”.
Finalmente, pidió al
Espíritu Santo que “volvamos a nuestros hogares con estos ‘souvenirs
espirituales’, para que la fiesta que estamos celebrando sea verdaderamente
provechosa para nuestra vida cristiana”.
Antes de la bendición final,
el Padre Acevedo dirigió unas palabras a los fieles: “Es una gracia para toda
la Parroquia Santa Rosa de Lima poder compartir la alegría de la creación de la
Parroquia del Espíritu Santo, en la zona norte de nuestra jurisdicción. Por eso
hago extensiva la invitación a todos ustedes a participar de esta celebración
eclesial el día sábado 23 de mayo.
Dirigiéndose a los fieles de
la comunidad de Nuestra Señora de Fátima dijo que “también es mi deseo que ustedes
también puedan gozar de la gracia de ser una parroquia. Sigan trabajando como
lo están haciendo orgánicamente, pero, sobre todo, los exhorto a continuar
rezando diariamente el Santo Rosario en el templo, porque la Patrona que tienen
les pide a cada uno de ustedes que recen por la salvación”.
Por su parte, el Pbro. Angel
Nieva agradeció la presencia del párroco, de los fieles de la sede parroquial y
del Oratorio de la Virgen de la Dulce Espera.