El doblar de las campanas de la Catedral Basílica
de Nuestra Señora del Valle, durante el mediodía del domingo 31 de mayo, anunció
la partida a la Casa del Padre del sacerdote Carlos Orellana.
El 7 de marzo había cumplido 86 años de
edad y tenía una rica historia al servicio de la Iglesia, de Catamarca y fundamentalmente de la Educación.
Un paro cardíaco lo llevó a los brazos de
Dios. Hace pocos años tuvo un ACV que le produjo un profundo deterioro en su
salud, pero paulatinamente se fue recuperando hasta volver a concelebrar
diariamente la Santa Misa.
Fue ordenado sacerdote el 2 de diciembre
de 1956 y fue fundador en Catamarca y asesor de movimientos tales como
Cursillos, Palestra, Comunión y Liberación, Acampada; también fue rector del
Seminario Diocesano Menor de Catamarca y a principios de los '70 fue el
encargado del Santuario de Nuestra Señora del Valle.
Hasta los últimos días de su vida
administró el Sacramento de la Reconciliación a cuantos se acercaban al
Santuario Mariano,
donde vivió hasta su fallecimiento.
Los restos mortales del Padre Orellana
comenzarán a ser velados en la Capilla del Santísimo de la Catedral Basílica, y
se rezará en todas las celebraciones eucarísticas por el eterno descanso de su
alma.
La misa de cuerpo presente será mañana, lunes
1 de junio, a las 9.00 en el Santuario de la Virgen del Valle.
Después de la celebración eucarística,
sus restos mortales serán trasladados al Cementerio Municipal Fray Mamerto Esquiú,
donde descansarán en el Panteón del Clero Diocesano de Catamarca.