El lunes 25 de mayo, con la
Misa Solemne en la Catedral Basílica de Nuestra Señora del Valle, Catamarca
recordó al Obispo Emérito, Mons. Elmer Osmar Miani, a un año de su partida a la
Casa del Padre. La misma fue presidida por el Obispo Diocesano, Mons. Luis
Urbanc, y concelebrada por Mons. Néstor Hugo Navarro, Obispo Emérito de Alto
Valle del Río Negro, y sacerdotes del clero local, quienes ese día comenzaron
los ejercicios espirituales en la Casa de Emaús. El pueblo se reunió en torno
al altar y a los pies de la Madre del Valle, para rogar por el eterno descanso
del alma de quien pastoreó la diócesis catamarqueña durante 17 años.
En su homilía, Mons. Urbanc indicó
que “hoy estamos congregados los sacerdotes, acompañados por Mons. Néstor
Navarro Moreno, Obispo de Alto Valle de Rio Negro, quien nos está predicando
los ejercicios espirituales, para celebrar la Misa rogando por el eterno
descanso de Mons. Elmer Osmar Ramón Miani, quien ha sido mi predecesor, séptimo
Obispo de Catamarca. Queremos de esta manera honrar y nuevamente bendecir esta
sepultura, como hace un año atrás”. A esta intención especial sumó la plegaria “por
nuestra Patria, 205 años pasaron de aquel primer grito de libertad que han
donado nuestros predecesores para este suelo argentino”, dijo el Pastor
Diocesano, quien por la mañana presidió el Solemne Te Deum en la Catedral
Basílica.
“Tenía
un gran cariño por la Virgen del Valle”
En otro tramo de su
predicación, resaltó que en “en este día, la Iglesia en Argentina celebra a
Santa María como Madre de la Iglesia”, comentando que “esta fiesta o esta
memoria la instituyó el Papa Pablo VI con ocasión del Concilio Vaticano II y
nosotros, en Argentina, la celebramos el lunes después de Pentecostés”.
Continuando con esta línea
de reflexión, afirmó que “acá tenemos a la Virgen María como Patrona de nuestra
Diócesis. Es la manifestación más antigua del suelo argentino y Ella nos
acompaña desde hace 400 años en este valle de Catamarca. Ella es la Madre de
los hijos de Dios, Madre de todos los hombres. Y qué hermoso que este primer
aniversario de la partida de nuestro querido Mons. Elmer sea en este día,
porque él tenía un gran cariño por la Virgen del Valle, ha querido siempre
estar vinculado, hasta el último momento de su vida se sentía totalmente
identificado con esta Iglesia particular, su corazón estaba siempre aquí, su
amor a la Virgen era entrañable. Y es admirable cómo la Virgen lo fue ayudando
en este pastoreo de la Diócesis, y también a llevar la cruz de la enfermedad. Los
sacerdotes catamarqueños saben cómo a veces le jugaba en contra la enfermedad,
y él apoyado en la Virgen podía seguir adelante con la difícil tarea de
pastorear la Diócesis, con sus conflictos, con sus alegrías. Qué bueno que en
este día acontezca el primer aniversario de su partida”.
Recordando el texto del
Evangelio, el Obispo destacó la figura de María, no sólo presente para que
nazca Jesús, sino también presente en el nacimiento de la Iglesia, siempre
alentando y rezando junto a los apóstoles y la Iglesia. “El compromiso con Ella
es reconocerla como Madre”, dijo, suplicándole “que proteja nuestra Nación,
para que seamos una comunidad de hermanos”.
“De esta manera podremos honrar
la memoria de quien fuera Pastor de esta Diócesis, que aquí se encuentra
sepultado, cerca de su Madre, la Virgen del Valle. Hoy lo honramos, con la
gratitud que le merecemos por todo lo que él ha hecho y le pedimos al Señor que
alcance el descanso eterno en el cielo. Que él esté junto a Aquél a quien ha
querido servir como sacerdote y como Obispo por tantos años”, concluyó el
obispo.
Antes de finalizar la
celebración eucarística, el Obispo de Catamarca y el Obispo Emérito Alto Valle
del Río Negro esparcieron agua bendita en el lugar donde yacen los restos
mortales de Mons. Elmer Miani, en el Presbiterio de la Catedral Basílica, a los
pies de la Virgen del Valle y de Santo Toribio de Mogrovejo, obispo a quien admiraba.
Este momento fue seguido con profundo respeto y emoción por todos los
sacerdotes y los fieles presentes.