Un contingente de catamarqueños, encabezado
por el Director de Misiones de Catamarca, Pbro. Sergio Chumbita, participa del
4º Encuentro Nacional de Grupos Misioneros (4ENGM), en la ciudad de Santiago
del Estero. El mismo culmina hoy y reúne a unos 3.000 jóvenes y adultos de 60
diócesis del país, bajo lema “Misión, un estilo de vida”.
Los participantes escucharon ponencias, tuvieron
momentos de reflexión pastoral, hubo testimonios y en el cierre participarán de
un gesto misionero y difundirán sus proclamas misioneras.
Acompañan a los misioneros varios obispos,
entre ellos el anfitrión, monseñor Vicente Bokalic CM, obispo de Santiago del
Estero y presidente de la Comisión Episcopal de Misiones
El Papa
los animó a seguir construyendo una Iglesia en salida
El papa Francisco sorprendió con un mensaje a
los más miles de jóvenes y adultos que se dieron cita en Santiago del Estero, a
quienes animó a “seguir construyendo una Iglesia en salida, unos grupos
solidarios que trabajan para comunicar esta alegría que el Señor ha puesto en
nuestros corazones”.
El pontífice les recordó a los participantes
que “para ser misionero, antes de anunciar, de comunicar, es necesario ver. Ver
a ese Jesús que se ha hecho pequeño para alcanzar nuestra debilidad, que ha
asumido nuestra carne mortal, para revestirla de su inmortalidad y que viene
cotidianamente a nuestro encuentro, para caminar con nosotros y tendernos su
mano amiga en la dificultad”.
“No dejen de rezar, de rezar los unos por los
otros, de sostenerse mutuamente con la oración, y verán como Jesús, por medio
de ustedes, y a pesar de su debilidad, obrará maravillas ante todos los
pueblos”, sostuvo.
Francisco también les pidió que aprendan “a
mirar como Jesús. Una mirada de ternura, de comprensión y de misericordia que
nos lleve a tocar las llagas del Señor en la carne de nuestros hermanos
necesitados. Ver a Jesús en el otro purifica el corazón, liberándolo del
egoísmo, de toda segunda intención, de todo deseo mundano”.
Texto
completo del mensaje
Queridos hermanos:
Los saludo con afecto y me uno
espiritualmente a la celebración de ese IV Encuentro Nacional de Grupos
Misioneros. Ojalá recordemos siempre que no podemos mostrar a los demás lo que
nosotros mismos no hemos visto ni oído. Por eso, para ser misionero, antes de
anunciar, de comunicar, es necesario ver. Ver a ese Jesús que se ha hecho
pequeño para alcanzar nuestra debilidad, que ha asumido nuestra carne mortal,
para revestirla de su inmortalidad y que viene cotidianamente a nuestro
encuentro, para caminar con nosotros y tendernos su mano amiga en la
dificultad.
Queridos hermanos, no olviden nunca el
llamado, el primer encuentro con Jesús, el gozo con el que recibieron ustedes
el primer anuncio, tal vez de sus padres, de sus abuelos, de sus catequistas o
maestros. Y no dejen de rezar, de rezar los unos por los otros, de sostenerse
mutuamente con la oración, y verán como Jesús, por medio de ustedes, y a pesar
de su debilidad, obrará maravillas ante todos los pueblos.
No olviden tampoco que la misión, además de
ser una pasión por Jesús, es una pasión por su pueblo. Dejémonos mirar por
Jesús, pero aprendamos también a mirar como Jesús. Una mirada de ternura, de
comprensión y de misericordia que nos lleve a tocar las llagas del Señor en la
carne de nuestros hermanos necesitados. Ver a Jesús en el otro purifica el
corazón, liberándolo del egoísmo, de toda segunda intención, de todo deseo
mundano.
Espero que estas breves reflexiones los
animen a seguir construyendo una Iglesia en salida, unos grupos solidarios que
trabajan para comunicar esta alegría que el Señor ha puesto en nuestros
corazones.