Bajo el lema “Hay más
alegría en dar que en recibir”, el sábado 11 de agosto, se llevó a cabo el V
Encuentro Diocesano de Niños, que congregó a cerca de 1.800 niños de diferentes
de parroquias de Capital y del interior diocesano.
La jornada dio inicio con
una representación en la cual los Protectores de la Pastoral de la
Niñez,
Francisco, Jacinta y Padre Pío, representados por un grupo de jóvenes, se
presentaron en el encuentro y participaron del mismo.
Luego se realizó la
bienvenida a los participantes, quienes ingresaron al salón del Predio Ferial Catamarca
en procesión con las imágenes de sus Santos Patronos, acompañados por la
Sagrada imagen de Nuestra Madre del Valle. También, a través de un video, el
Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, les dio la bienvenida a los niños
presentes.
El responsable de la
Pastoral de la Niñez, Pbro. Santiago Granillo, presentó el lema y el himno del
V Edin, cuya letra y coreografía fue seguida por los niños con mucho
entusiasmo, acompañados por los Ministerios de Música Yanai y Kairos.
Seguidamente se realizó la
iluminación con el Evangelio sobre la multiplicación de los panes, para dar
lugar al primer momento de trabajo grupal y luego individual bajo la consigna:
¿Qué tengo yo para ofrecerle a Jesús hoy? Cada niño trabajó en su cartilla de
actividades distribuida previamente. Se recolectaron los compromisos plasmados
en las imágenes de peces y panes que se depositaron en canastas para ofrecer al
Señor, completando las actividades propuestas para esta temática con una
representación sobre la multiplicación de los panes.
Se compartió el almuerzo por
comunidades
y luego de un momento de animación y alabanzas se realizó el
segundo momento de trabajo bajo la consigna “¿Cómo podemos vivir nosotros, los
niños, la piedad popular?”.
Un momento de oración
profunda se vivió en compañía de la integrante del movimiento “Armada Blanca”,
quien llegó desde México para continuar con el movimiento en Catamarca. El
mismo busca consagrar la mayor cantidad de niños al
Corazón Inmaculado de la
Virgen María. Se les entregó a cada niño un Rosario y su instructivo de cómo
rezarlo y luego, del Sí a la Madre, llegó el momento de la adoración y
reconocimiento de Jesús en la Eucaristía por parte de los niños, quienes al
finalizar la jornada recibieron la bendición con el Santísimo Sacramento.
El cierre se dio con un
momento de animación, canto y baile, y la certeza en cada uno de ellos que “hay
más alegría en dar que en recibir”.