“La
Vida que Dios nos comparte no
sólo es don sino sublime tarea”
En la tarde del domingo 5 de
agosto, el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, presidió la Misa por la Vida, para
rogar por el niño en gestación y su madre, a días del tratamiento de la ley del
aborto en el Senado de la Nación. La Eucaristía fue concelebrada por sacerdotes
del clero catamarqueño y presbíteros misioneros de otras jurisdicciones
eclesiásticas del país y del exterior, en el atrio de la Catedral Basílica y
Santuario de Nuestra Madre del Valle.
La celebración eucarística
comenzó con la salida de la Imagen de la Madre del Valle en brazos del Pastor
Diocesano, que fue colocada en un altar desde donde iluminó con su presencia a
los hijos que llegaron a sus pies en una jornada dedicada a la orar por la vida.
En el inicio de su homilía,
Mons. Urbanc dijo que “hemos congregado en torno al altar del Señor y a los
pies de nuestra Madre del Valle a orar y a suplicar al Dios de la Vida y del
Amor, que aleje de nuestra patria la amenaza cada vez más persistente del
crimen más abominable que se cierne sobre la humanidad, cual es el aborto,
encriptado eufemismos: interrupción voluntaria del embarazo, salud pública,
derechos de la mujer, de mi cuerpo hago lo que quiero, legrado, mortandad
femenina, salud física, síquica y social, etc. Todo inventado por la ideología
de género, enemigo número uno del matrimonio, la familia, la religión, la
educación, la salud, la naturaleza, la ecología, la sana política, la economía
con ética, la
justicia, la amistad social, el sano progreso, y sobre todo, de
la niñez”.
También consideró que “si
bien, a muchos nos ha fastidiado la decisión del Presidente de la Nación de
mandar a debate un proyecto enlatado sobre el aborto, impuesto para toda
América por parte de organizaciones internacionales, no obstante podemos
colegir que nos está haciendo mucho bien como sociedad, como creyentes y como
individuos, puesto que nos ha obligado a pensar, estudiar, rezar, ayunar,
debatir, confrontar, escuchar, cuestionar y clarificar ideas, convicciones,
certezas, verdades, contenidos educativos y formativos, concepciones
filosóficas, función del estado y de su sistema legislativo, etc.”.
“Hemos experimentado que
suponemos muchas cosas y que nos cuesta dar razones válidas y creíbles de
nuestra esperanza, en especial los adultos ante nuestros adolescentes y
jóvenes. Han saltado a la vista los profundos baches que tiene la educación que
impartimos acerca de la belleza del amor humano y de una formación integral de
la sexualidad humana, sobre todo, con el ejemplo y por medio del uso de los
medios de comunicación social, a través de sus diversos programas educativos,
recreativos, científicos, políticos, económicos, documentales, etc.”, afirmó.
También manifestó que “los
paradigmas en los cuales se inspiran los gestores de estos medios son sobremanera
e intencionadamente contrarios a la dignidad de la naturaleza del ser humano,
con el fin de manipular y formatear las conciencias de manera que respondan sin
resistencia a los embriagadores dardos del consumismo, fruto de una visión
economicista de la vida humana, donde unos pocos se enriquecen a costa del
resto”.
Tomando los textos bíblicos
proclamados, apuntó que “la opción por Jesucristo debe involucrar toda nuestra
vida y llevarnos a rechazar cuanto es incompatible con esta decisión. Todo lo
que es decadente y corrosivo de la dignidad humana hemos de repeler. Dios es
Vida y los seres humanos no sólo somos reflejo de esa Vida, sino su obra
maestra. La Vida que Dios nos comparte no sólo es don sino sublime tarea”.
“Tanto la primera lectura del libro del Éxodo,
como el Evangelio de san Juan, nos muestran a un Dios Vida que cuida de la vida
de sus creaturas”, expresó, agregando más adelante que “los que habían comido
del pan que les había dado Jesús, fueron a
buscarle… aquellos no entendieron lo
que significaba que Jesús fuera el ‘Pan de Vida’. Ellos lo que entendían con
total claridad era el pan y el pescado que comieron, que Jesús les había dado.
Y lo entendían sencillamente porque tenían hambre. Será necesario un largo
proceso hasta que lleguen a pasar del hambre material al hambre de vida que era
el que Jesús les estaba ofreciendo saciar. Pero, al menos, el primer paso ya lo
han dado. Por el contrario, los que no tienen hambre desprecian el pan, los que
se sienten saciados no necesitan de nada. Jesús puede estar en su vida, pero no
pasará de ser un adorno más, una veleidad, un resabio cultural, un manojo ético
del que echar mano de acuerdo a los intereses y necesidades”.
Al concluir su mensaje, el
Obispo invitó a rezar la Oración por la Vida de San Juan Pablo II
que dice: “Oh, María, Aurora del mundo nuevo, Madre de
los vivientes, a Ti confiamos la causa de la vida; mira, Madre, el número
inmenso de niños a quienes se les impide nacer, de pobres a quienes se les hace
difícil vivir, de hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana, de ancianos
y enfermos muertos a causa de la indiferencia o de una presunta piedad. Haz que
quienes creen en tu Hijo sepan anunciar con firmeza y amor a los hombres de
nuestro tiempo, el Evangelio de la vida. Alcánzales la gracia de acogerlo como
don siempre nuevo, la alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su
existencia y la valentía de testimoniarlo con solícita constancia, para
construir, junto con todos los hombres de buena voluntad, la civilización de la
verdad y del amor, para alabanza y gloria
de Dios Creador y amante de la vida.
Amén”.
Durante la celebración
eucarística se pidió por la salud del Padre Antonio Bulacio, sacerdote
catamarqueño responsable de la Pastoral de Adicciones, y por Mons. Melitón
Chávez, Obispo de Añatuya (Santiago del Estero).
Luego de la bendición final,
los presentes despidieron con alabanzas a la Madre del Valle, que volvió al interior
del templo.
Rosario
por la Vida
En la misma jornada, a primeras
horas de la tarde, el Grupo de Laicos llevó a cabo el Rosario por la Vida, en el
Paseo de la Fe. El mismo se inició con la salida de la Imagen de
la Madre del
Valle hasta el atrio de la Catedral Basílica y Santuario Mariano, colocada en
la urna desde donde presidió la oración. El Obispo Diocesano, Mons. Luis
Urbanc, guió los tres primeros misterios, mientras que diez mujeres y varones
hicieron lo propio con el cuarto y quinto misterios, respectivamente.
Al finalizar la oración, representantes
del Grupo de Laicos hizo entrega de reconocimientos a los profesionales que
expusieron en el Congreso de la Nación en
defensa de la vida: la Lic. Roxana
Díaz Vergara, la Dra. Ivana Andrea Agüero Pacheco y Dr. Edgardo Varela.
Marcha
por la Vida
Tal como ocurrió en el resto
del país, en la tarde del domingo 5 de agosto se realizó la Marcha por la Vida,
organizada en Catamarca por la agrupación Somos Más, integrada por ciudadanos
catamarqueños pertenecientes a distintos sectores de la sociedad sin distinción
de credos. El Obispo se sumó a esta caminata en defensa de la vida desde la
concepción hasta la muerte natural.
Los participantes marcharon
alrededor de la plaza 25 de Mayo, portando carteles a favor de las dos vidas,
globos y pañuelos celestes; y durante el trayecto pidieron a viva voz a los
legisladores catamarqueños que nos representan en el Congreso de la Nación que
defiendan las dos vidas. Agradecieron a aquellos que se pronunciaron a favor de
la vida y se escucharon discursos de médicos catamarqueños y riojanos, que
llegaron a apoyar esta manifestación, como también de jóvenes.
El reconocido tenor Nicolás
Romero adhirió a la propuesta entonando las estrofas del Himno Nacional
Argentino junto a los catamarqueños que dijeron: “¡Sí a la Vida!”.