Camino a la Beatificación

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30 junio 2015

Una afrenta al derecho de nacer

Estimados Hermanos:
                         En estos días, entre tantos temas leídos, Dios puso ante mí el texto que les comparto, puesto que semejante genocidio contra ciudadanos argentinos indefensos y sin voz, no puede quedar para un mero lamento solitario o, como suele suceder, para llenar páginas de periódicos o algunos espacios televisivos, a partir de meros intereses económicos amarillistas que generan debates “cholulos” y alimentan el morbo y superficialidad de no pocos, sino que me impele a deplorarlo hasta la agonía y a denunciarlo a los cuatro vientos, al igual que san Juan Bautista, el más grande de los profetas, quien denunciaba y recriminaba severamente todo obrar humano contrario a las disposiciones divinas que se expresan y son reconocidas por un sano y saludable sentido común, que, a Dios gracias, todavía muchas personas lo tienen, y que no debemos permitir que lo enfermen o aletarguen leyes, disposiciones o protocolos  inhumanos.
            “Hola Alejandra: soy Mª José Mancino, médico de Rosario y presidente de Médicos por la Vida. Te escribo porque soy médico y me quieren obligar a matar bebés.
, escuchaste bien: el pasado mes de Abril el Ministro de Salud, Daniel Gollán, firmó junto con la presidente Cristina F. de Kirchner la guía de Protocolo de Aborto no Punible donde los efectores de salud públicos y privados están -estamos- obligados a brindar el "servicio" de realizar abortos a pedido de la propia madre sin mediar la intervención profesional de terceros.
Si ya firmaste, Alejandra, ¿podrías publicar la campaña en tu muro de Facebook para que más gente se pueda sumar a la campaña?
¿Te parece Alejandra, que un profesional de la salud con competencia, experiencia e idoneidad sea obligado a arrancar una vida del seno materno, trozando en pedacitos a un ser humano tan débil e indefenso como lo es un bebé por nacer, y dejar herida a una mujer con el Síndrome Postaborto para toda su vida?
Los médicos no daremos abortivos ni ninguna otra sustancia letal que termine con la vida de ningún paciente, así nos comprometimos en el Juramento Hipocrático. Curar cuando se puede, consolar cuando no se puede.  
La Ley 25.673 “Programa de Salud Sexual y Procreación Responsable” excluye los métodos anticonceptivos "abortivos”. ¿Por qué entonces el mismo Estado cambia repentinamente de discurso y contraría la propia ley Argentina?... ¿Recuerdas que el nuevo Código Civil reconoce que hay vida desde la concepción?  ¿Por qué a meses de terminar el mandato la Presidente no sostiene el compromiso con la vida de todos los argentinos?
En el polémico protocolo se realiza una interpretación ampliada del supuesto no punible de "peligro para la salud de la madre” incluyendo su salud mental. Y no sólo eso sino que, ese supuesto de salud mental, deberá ser ponderado por la propia madre "para respetar su autonomía”. Es decir, aborto libre.
¿Desde cuándo un paciente es quien se autodiagnostica? ¿Desde cuándo la falta de autoestima es un trastorno mental grave que afecta la autonomía de la mujer al punto de matar a su propia descendencia?
El Protocolo atenta contra el derecho a la objeción de conciencia en su redacción  y, además, excluye la objeción de conciencia institucional, en contra de las disposiciones de la ley 25673 que contempla tal derecho en el artículo 10.
De aplicarse, los hospitales católicos estarán obligados a practicar abortos. Un grave atentado a la libertad religiosa. Los obispos ya han expresado su crítica:"Las autoridades obligan a impulsar el aborto en vez de salvar la vida de la madre y su hijo, y buscar opciones verdaderamente terapéuticas y alternativas (…) el protocolo va más allá de la legislación vigente y tiene vicios de inconstitucionalidad (…) evade la realidad jurídica de que no existe en nuestro país un 'aborto legal' ni un 'derecho al aborto”.
¡Alejandra! es una barbaridad y un atropello a los derechos de los argentinos que se viole la Constitución de nuestro país, pretendiendo obligar a las instituciones médicas y a los trabajadores de la salud a asesinar bebés y a dañar severamente la integridad psicofísica de la madre, sin brindarles primero asistencia psicológica y contención con un equipo interdisciplinario de salud mental.
Cuento con vos para frenar esta 'locura' de último momento.
Un fuerte abrazo, Mª José Mancino y todo el equipo de Médicos por la Vida”.
            Realmente, cuánta crueldad, hipocresía, incoherencia y liviandad en este protocolo demoníaco, tan sólo para congraciarse con ciertas ideologías, como la de género, que ataca directamente a la especie humana y, sobre todo, a la mujer, a la que dice defender, victimizándola con sádica crueldad. Dicen combatir la violencia contra ella, y, en realidad, la ejercen sin escrúpulos. Si no es así, ¡demuéstreme alguien, que no es violencia el asesinato planeado, colaborado, legalizado, eufemizado, aplaudido, justificado e impune (pues este tipo de mercenarios, como los corruptos, los narcos u otros inmorales de guantes blancos no van a prisión para tratar de reformar su vida y reinsertarlos) de los millones de niñas en gestación a las que se les trunca su propio, irrepetible e intransferible proyecto de vida!
            ¡Basta ya de tanto odio y ensañamiento contra la Mujer, la niña de los ojos de Dios, cuyo gran poema creacional y obra maestra es la Santísima Virgen María: La MUJER!

¡Nuestra Madre del Valle, cuida y haz que toda Mujer sea semejante a Ti, pues sólo así tendremos una nueva humanidad animada por el amor, la ternura y el perdón!


Mons. Luis Urbanč